“Se ha estado avanzando en la obligatoriedad de que los rastros, antes de sacrificar animales, tienen que acreditar, por un lado, la legal procedencia de los animales, (pues) esto ayudará a contrarrestar el abigeato; y por otro, que los animales estén sanos; que vengan con las vacunas que les corresponde aplicar, y que no estén enfermos de brucilla o tuberculosis, por ejemplo, y que no hayan sido alimentados con clembuterol”, declaró durante una visita ayer en Jojutla.
Destacó que el gobierno del estado pretende construir un rastro de estas características en Miacatlán.
“Entiendo que en lo que resta de la administración estatal, el gobierno busca instalar un rastro Tipo Inspección Federal. Ya hay algunos proyectos; en Tepalcingo, con recursos de Banobras se inició un proyecto; a nosotros se nos han acercado autoridades municipales y productores para establecer el rastro TIF y esperemos que este proyecto se concrete. Con esto estaríamos resolviendo parte de la matanza. He revisado las estadísticas y estoy seguro que con un rastro TIF en Morelos es suficiente; estamos sacrificando cuando mucho tres mil animales al mes, son muy pocos.”
La mayoría de los rastros del estado, si no es que todos, no cumplen con la norma, enfatizó. “Más que rastros, son mataderos; la palabra ‘rastro’ no la alcanzan muchos de ellos, porque no cumplen con lo que al respecto prevé la Ley de Salud Animal, publicada en 2007. La secretaría seguirá insistiendo en que la matanza se lleve a cabo en las mejores condiciones de norma y por otra parte, en aspirar para que en breve plazo, Morelos tenga un rastro TIF. Si no somos los únicos, quizá uno de dos, que a nivel nacional no tienen una instalación de este tipo.”
Asimismo, Ruiz Silva comentó que existe ya un rastro TIF en Jojutla –que es particular–, que no opera por incosteable. “El problema es ése, cuando no es autosuficiente, cuando no hay suficientes sacrificios al día, a la semana, al mes, no se paga; y los costos en que incurre se le trasladan al administrador con los consecuentes problemas posteriores. La invitación que le hemos hecho a las autoridades municipales es que se pongan de acuerdo junto con las organizaciones ganaderas para que, si logramos poner un rastro tipo TIF, pues la matanza se mande a ese rastro y éste sea viable económicamente, porque si no, corremos el riesgo de estar construyendo elefantes blancos que no tengan mayor futuro.”