Un Banco de Germoplasma en Zacatepec resguarda dos mil 940 muestras de semillas de diferentes partes del mundo para preservar material biológico, cuyo objetivo es la conservación de la biodiversidad.
Zacatepec. El coronavirus nos recordó que somos mortales y que la humanidad puede desaparecer de un día para otro; de ahí que prepararnos para las hambrunas y contingencias a gran escala es una responsabilidad de las sociedades.
En Zacatepec, Morelos, existe un Banco de Germoplasma, que resguarda 2 mil 940 muestras de semillas de diferentes partes del mundo como Asia, de África, Estados Unidos, América del Sur para preservar material biológico, cuyo objetivo es la conservación de la biodiversidad.
De acuerdo con el Centro de Investigación Científica de Yucatán (https://www.cicy.mx/sitios/germoplasma), el resguardo de germoplasma tuvo un importante inicio con Nicolai Vavilov (1930), científico ruso y miembro de los órganos legislativos de su país, quien realizó expediciones para encontrar “nuevos recursos vegetales” para el mejoramiento de cultivos.
El banco del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), se construyó desde 1993. Los científicos se dieron cuenta que se estaba perdiendo la variabilidad genética, o sea con quien se podían cruzar las semillas.
La bióloga Leticia Távitas Fuentes, investigadora del Campo Experimental Zacatepec, del INIFAP, responsable del Banco de Germoplasma y del Laboratorio de Calidad de Arroz, en entrevista explicó que en el banco se resguarda el germoplasma de arroz, de ajonjolí, de jitomate y de cacahuate.
En México hay otro centro de recursos genéticos que guardan semillas por 100 años, a menos 20 grados Celsius; el de Zacatepec las conserva a menos un grado y son para periodos de 5 a 10 años:
“Tenemos que hacer regeneración. Cada año tenemos pruebas de germinación, si se les baja la germinación, o sea si germinan, si tenemos plantas de la semilla está bien, y si no, tenemos que sembrar para que nosotros siempre tengamos semillas de buena calidad, o sea que germinen en las condiciones de los campos de cultivo, que desde luego cambian”.
Los investigadores solicitan año con año semillas para diferentes características y el INIFAP se las entrega para que continúen formando variedades, con la finalidad de tener alimentos, que haya arroz, que es un alimento básico y así en todos los cereales.
Nuestros germoplasmas criollos los hemos recolectado en Morelos, Tabasco, Veracruz, Campeche, Guerrero; esto son bien importantes porque nos van a ayudar para producir variedades rústicas que se ambienten al medio climático, que no sean tan exigentes, entonces eso es lo que nos ayudaría. Hay otras variedades de semillas para problemas de suelos, enfermedades, con alto rendimiento y buena calidad, explico la bióloga.
Lo más cerca de las hambrunas
Aunque no ha habido necesidad urgente de recurrir a estos bancos de semillas, Leticia Távitas recuerda que se enviaron a República Dominicana y a Cuba.
“En 1968 se liberó la primera variedad de paja corta en México, fuimos los pioneros, pues esa variedad se mandó a Cuba en los sesenta y setenta, eso le ayudó mucho al país a su alimentación porque fue bloqueado. También se ha mandado a República Dominicana y a Trinidad y Tobago, se les ha enviado variedades mexicanas de arroz, y también de ajonjolí. Hemos tenido proyectos en apoyo a universidades para pequeños productores, también se les ha dado muestras de ajonjolí, se les ha ido a capacitar, sobre todo en América Latina”, relató.
El mejor arroz del mundo
El 16 de febrero de 2012 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la Denominación de Origen: “Arroz del Estado de Morelos”. La información publicada da a conocer que se ampara la planta, la semilla y el grano de la planta de "ARROZ DEL ESTADO DE MORELOS", en particular, las variedades "Arroz del Estado de Morelos": Morelos A-92, Morelos A-98, y Morelos A-2010, generadas por el Campo Experimental de Zacatepec del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Leticia Távitas explicó que en el Banco de Germoplasma está resguardado el mejor arroz del mundo: tiene más rendimiento, se cuece en 20 minutos y es abundante, tiene buena consistencia, es suave, tiene buen sabor, no se hace bolas, se integra a los sabores muy bien, entre otras características, y después vienen otros tipos de arroz que tiene otras características pero que no reúnen todas las que tiene el de nuestro estado.
“Si bien es cierto que los chinos producen arroz, les interesa la cantidad no la calidad, entonces el arroz de ellos es diferente, para ellos seguramente es el mejor porque lo comen mucho, en grandes cantidades y son muchos; pero para nosotros no”.
También explicó que hay un arroz denominado El milagro filipino, muy parecido al de Morelos, porque en apariencia es ancho y no es cristalino, pero en las demás características el morelense en superior.
El más rendidor
De acuerdo con Távitas Fuentes, durante la Conquista los españoles trajeron el arroz europeo, éste se pega, se apelmaza, como el que sirve para hacer el sushi, es de la variedad la japónica; después vino Ricardo Sánchez y trajo la variedad índica, es esponjadito y se separa, entonces fue del que nos gustó. Pero del arroz que trajo Ricardo Sánchez a Jojutla no queda nada.
La calidad de las variedades actuales es la misma, el tipo de planta se ha mejorado. Hay variedades de tipo tradicional que son altas, de más de 1 metro 50 centímetros, con pocos tallos y a veces se “acaman” (los tallos ceden y las espigas con el tallo se inclinan o “recuestan”). Lo que se pretende y siempre se ha pretendido es sacar variedades que sean resistentes y que siempre estén paraditas. Se le ha bajado la altura, de más de 1.50-1.55 metros ahorita las variedades modernas miden 1.40-1.30 miden. La ‘MorelosA92’, ‘MorelosA98’, ‘MorelosA2010’ ya son de paja corta y son de mayor producción.
En Morelos se produce 10 toneladas por hectárea; se obtiene el mayor rendimiento en todo el mundo, porque no existe uno solo país que saque en una cosecha 10 toneladas por hectárea.
Nunca la misma
Los productores deben ir cambiando. Como en el maíz, cosechan y reservan sus mejores plantas, pero esto lo deben cambiar a los 4 o 5 años, porque la van degenerando. Deben buscar semilla nueva.
En el Banco guardamos semillas de diferentes diferente categoría, nos piden, por ejemplo, de la misma variedad pero que no ha sido sembrada, porque por cada siembra la variedad se va deteriorando, se va enfermando conforme la va uno sembrando; a las semillas le sucede como a nosotros, van pasando los años y nos va doliendo todo, así le pasa a la planta, igualito.
Sanar las plantas
Leticia Távitas Fuentes tiene más de tres décadas como bióloga, trabajando en INIFAP, conoce todas las semillas de arroz, de ajonjolí, de jitomate y de cacahuate con solo mirarlas, trabaja en el laboratorio y en el campo y conoce a todos los productores:
“A veces los productores me traen plantitas enfermas, aquí las revisamos y las curamos. Luego vamos al campo de cultivo para ver las condiciones en las que está creciendo y le decimos al productor qué debe hacer para mejorar su producción, para mejorar su planta”.
Hay que cuidar nuestros recursos genéticos. Los gobiernos deben voltear a ver esto porque, por lo regular, no se les da mucha importancia; pero esa va a ser la base de que nosotros sigamos teniendo alimentos en el mundo y es a nivel de todos los bancos de variedad, de semilla, de lo que sea, eso va a ayudar a que un país tenga la alimentación que requiere, puntualizó.