Se trata de un ritual para pedir por el buen temporal a favor de la producción agrícola.
Coatetelco.- El Centro Cultural Comunitario “Teódula Alemán Cleto” de este lugar, junto con vecinos del municipio, mantiene la ceremonia del huentle en el cerro Teponasillo, ritual para pedir por el buen temporal, donde participa la comunidad católica.
De acuerdo con la tradición, agosto es uno de los más importantes del ciclo agrícola de temporal y representa el mes donde la planta del maíz se encuentra “jiloteando” y requiere de abundante agua de lluvia para que de maíz y alcance su plena madurez, ya que es común que durante esta temporada se presente una disminución de lluvias. Por ello, los pobladores realizan la ceremonia para pedir que se interceda con el agua de lluvia en los cultivos, ya que si no llueve habrá escasez o poca producción de maíz, que es el grano primordial de la alimentación de los habitantes de ese municipio indígena.
El ritual se llevó a cabo la tarde de este martes 30 de agosto, donde los habitantes llevan las imágenes de San Juan Bautista, de la virgen de la Candelaria y una cruz de madera de aproximadamente dos metros de altura a la cima del cerro del Teponasillo, donde además se coloca la ofrenda “el Huentle” a los santos, que integra alimentos típicos de este lugar como es el mole verde, tamales nejos, chocolate y pan, así como velas y flores.
También depositan una ofrenda a los “airecitos” en una pequeña oquedad junto a una cruz, donde antiguamente salía aire.
La ofrenda de los “airecitos” consiste en colocar tamales nejos en miniatura envueltos en hojas de mazorca, dos cazuelas de mole verde, un par de jarros pequeños de tepache elaborado con ralladura de piloncillo, jugo de limón y aguardiente, las banderitas confeccionadas con madera de ocote y estambres y dos velas de sebo.
Al término de la colocación de las ofrendas se truenan cohetes, anunciando que las ofrendas se han colocado adecuadamente.
Según los pobladores, el cerro del Teponasillo cumple la función de ser uno de los parajes más importantes de la población y está impregnado de un importante simbolismo, ya que en la cima de esta elevación hay vestigios arqueológicos aún inexplorados, que dan cuenta del vínculo con las deidades mesoamericanas.
En este sentido, se dio a conocer que la cima se encuentra un antiguo respiradero, ahora extinto, donde anualmente el 23 de junio también colocan una ofrenda a los “airecitos” en honor a San Juan Bautista.
El Centro Cultural y los habitantes buscan preservar esta tradición, que ha sido heredada por generaciones, donde se refuerza la participación comunitaria, a través del rito, la ceremonia y el culto a las deidades ligadas con el ciclo agrícola.