Cuando la gente me pregunta si fui a la escuela de cine, les digo, no, fui al cine
Quentin Tarantino
Tlaquiltenango. Leonardo Martínez hizo caso a Terry Gilliam cuando afirmó: “La escuela de cine es para los tontos. Vive y aprende cómo hacer películas. No fui a la escuela de cine. Tan solo miré películas en el cine.
De espectador en el cine de su pueblo y luego en la televisión de su casa, pasó a ser actor, luego productor y ahora va por su segunda película dirigida.
El León del Acordeón dijo que en la primera le fallaron unos detalles, pero ahora va con todo y por todo en esta nueva aventura que se llama Muerte en la boda y que se comenzará a grabar el próximo lunes 20 de noviembre, día de la Revolución Mexicana.
En entrevista, El Chino o el León del Acordeón dio algunos pormenores de este nuevo filme.
Dijo que este largometraje trata de la ilusión de un músico que sale a buscar el triunfo y por causa de ese triunfo pierde a su familia.
“La idea original de Muerte en la boda es mía, el guion lo escribió José Luis Vera Alamillo y yo le hice algunas adaptaciones.
El elenco estará integrado por 18 actores y actrices, hay dos grandes del cine mexicano: Julio Aldama y el Jefe Tony Quintero.
De Morelos están Gaby Martínez, Leoncio Rivera, Tino Barrios, Gumercindo Barreto, Sergio Calderón, Ubaldo Martínez, Ramón Meza, Armando Maya, Claro González y Leonardo Martínez.
En la cámara Marco Antonio Martínez, en el sonido Rosalba Martínez, en la pizarra Óscar Jahir y en la edición Juan Luis Maldonado.
Se filmará en por lo menos cuatro locaciones: en Santa Rosa 30, en Zacatepec, en Tlaquiltenango, y dentro de casas particulares; iniciará el lunes 20 de noviembre y acabará el día 28 de este mismo mes. Desde el 16 de noviembre comenzaron a llegar los actores de Estados Unidos. El primero fue Tony Quintero, quien radica en Dallas, Texas.
Con todo y por todo
Leonardo es un hombre al que no le cuesta reconocer sus errores y prometió que en esta segunda película que participa como director y productor va enmendar las deficiencias de la primera:
“Tuve problemas con la iluminación y con el sonido en El hombre de la montaña. La mayoría de las personas que les gusta el cine como espectadoras no se dan cuenta de lo importante que es una buena iluminación y un buen sonido. Ahora lo sé, he ganado experiencia”.
Desde el actor hasta el productor
Leonardo Martínez Soriano, el León del Acordeón, nació en Jojutla, el 26 de noviembre de 1981. Ha compuesto más de 80 canciones, principalmente corridos, tiene 15 grabadas y toca varios instrumentos; inició desde los siete años en la música y desde hace diez es acordeonista.
Durante algún tiempo se fue a trabajar al norte de México y a Estados Unidos. Allá se tuvo que foguear con músicos muy buenos y aprender con grandes acordeonistas como Juan Villareal y Amador Lozano, el “Centavito”.
Ha producido ocho videoclips y ha protagonizado algunos largometrajes filmados en varias partes de México y el extranjero.
El León del Acordeón no estudio música ni actuación, ha aprendido todo de manera autodidacta:
“Sí fui a la escuela, pero me dediqué más a echar desmadre. No me interesaba lo que los maestros me enseñaban y me la pasaba haciendo otras cosas. A mí me enseñó la vida y he aprendido de algunos maestros, viendo, oyendo, observando”.
En la actualidad vive en Tlaquiltenango, tiene un taller familiar de pan y vende en un puesto en el mercado municipal de Jojutla; esa es la principal actividad de Leonardo y la combina con presentaciones en fiestas particulares con un grupo norteño que formó hace años.
Martínez Soriano pasó, en muy poco tiempo, de actor a director, como ha ocurrido con muchos actores.
“Hace 10 años, como en el 2012, mi primera participación como actor fue en la película Sicario del infierno y de ahí La verdadera historia de Jesús Malverde; le siguió Hambre, sed y muerte en el desierto, Matando asesinos, Soy un tahúr, El panadero y sus biscochos, Por mis tierras doy la vida, Tierra de salvajes y El hombre de la montaña, estas tres últimas filmadas en la zona sur de la entidad. En El hombre de la montaña, que dirigí, tuvimos a Jorge Aldama como actor principal, la película ha tenido muy buena aceptación”.
Leonardo refirió que hay diferencias muy grandes en los roles de una película:
El director da vida a los personajes, el actor actúa, le adivina el pensamiento al director, cuando el director le pide una escena, en el acto sabe lo que va a hacer. Por su parte, el productor pone el capital y se sienta a ver cómo va su producto.
“Yo aprendí a dirigir por chismoso. En todas las películas donde he participado siempre me gusta estar presente en los procesos y ahí me he dado cuenta que cada parte tiene su chiste y que, si una sale mal, afecta a toda la película. También he aprendido porque he observado o porque he preguntado y me han enseñado que hay trucos, a veces creo que les caigo mal porque siempre estoy preguntando o cerca de ahí para observar, pero así soy yo”.
“Lo más difícil como director es batallar con la gente. Algunos directores, como yo, somos de clase baja, humildes, no tenemos capital y tratar de dirigir a una persona que es adinerada, “creída”, como que es “batallozo”; pero, es bien padre cuando la gente se adapta a uno y ya se ponen al mismo nivel que nosotros, es algo maravilloso estar dirigiendo a una persona de la alta sociedad, lo más bonito es bajarlo al nivel de nosotros”, dijo.
Para el León el Acordeón una película es como una canción: debe tener ritmo, dependiendo del tema; debe tener cadencia: “En la canción vas marcando el ritmo del tema con las rimas y en la película con las escenas. Se puede detectar muy bien cuando no rima una canción y en la película cuando una escena no coincide con la historia que vas a contar, y esto también se aplica para la actuación, el actor debe tener un ritmo en lo que dice y en lo que está representando”.
“En las películas en las que yo he sido productor y en la que he dirigido no debe faltar nunca la música, ese es mi sello.
Si alguien quisiera financiar una película como estas que yo dirijo le estaría pidiendo unos 300 mil pesos, para traer unos dos o tres actores de renombre, buen elenco y que la producción esté buena”, expresó.
Influencias
Leonardo desconoce las grandes obras mundiales de la cinematografía. No sabe que, como él, varios directores de renombre han sido autodidactas: Terry Gilliam, Quentin Tarantino, las hermanas Wachowski, James Cameron, Christopher Nolan, Julie Taymor, Akira Kurosawa, Stanley Kubrick, John Waters y Miranda July, entre otros.
Reconoce que sus influencias están en el cine mexicano:
“Toda mi vida crecí viendo películas mexicanas o cine mexicano de los años ochenta y noventa. Así se le llama a este género en donde actuaban los hermanos Almada o Jorge Reynoso, entre otros”.
Entre las películas que más han influido en él se cuentan: El Tunco Maclovio, una película con Julio Alemán, Pelea de perros, con Gerardo Reyes, La suburban dorada, de Gilberto de Anda o Tierra de escorpiones, de Jorge Reinoso.
Las películas del León del Acordeón no tienen ninguna crítica a los vicios y virtudes de la sociedad contemporánea ni a tiempos próximos o remotos, tampoco es un análisis o una exposición de lo que es y significa el discurso cinematográfico; lo que él quiere es contar una historia, entretener a la población, que la gente las vea; que todo el trabajo humano, intelectual, que impone una producción de esta naturaleza, por más modesta, sea recibida por un público al que le pueda causar una reacción y, si es posible, que opine sobre ella.
Siempre que graba el León del Acordeón en Jojutla hay movimiento. En las primeras películas que produjo en la cabecera municipal recibió pocas opiniones serias, hubo comentarios de burla.
Pero con el tiempo su esfuerzo y trabajo se han ido observando.
¿Qué ha ganado Leonardo con estas películas producidas y dirigidas por él?
“Mucho. Que nos conozca y la satisfacción de haber pensado algo y haberlo llevado a la realidad”, afirmó.
Extraña que le digan que está loco
El León del Acordeón mide un poco más de 1.60, es robusto, moreno, su pelo es negro, ensortijado, y lo trae largo, con unas patillas al estilo de Ramón Ayala. Tiene 41 años. Es muy común observarlo con su acordeón marca Giovanni en el pecho, ahora anda de civil, está muy concentrado en la nueva película.
¿Ya no te dicen que estás loco por andar grabando en las calles las películas?
-“No, ya no; y la mera verdad extraño que me digan que estoy loco”.