Miguel Ángel Galván García, de 24 años de edad, vecino de Tlaquiltenango, narró que junto con su concubina Nubia Yahaira Vera Reyes de 19, su bebé de dos meses y su primo Carlos Antonio Díaz Solano de 20, fueron a comer a Yautepec el pasado martes 28 de enero. Se les hizo tarde para regresar a Tlaquiltenango y se hospedaron en el hotel “Los Girasoles”, en donde le entregaron el bebé a una desconocida porque presuntamente lo iba a calmar porque estaba muy llorón y les iba a conseguir una botella de agua para prepararle su biberón. La mujer despareció con el niño, lo que motivó la activación de la alerta Amber.
Dijo que una vez que se dieron cuenta de la situación, pidieron a la administración del hotel que llamara a la policía, pero éstos, al llegar, en lugar de atender su petición de auxilio, lo esposaron y comenzaron a torturar.
“Ya era la madrugada del miércoles. Eran cinco o seis elementos. Me metieron a un cuarto del mismo hotel y me comenzaron a golpear. Me pusieron un trapo en la cara, entre boca y nariz y me echaron una cubeta de agua, exigiendo que ‘cantara’, que dijera a quién la había vendido a mi hijo y yo les decía que no, que yo no lo había vendido. Ellos insistían y me comenzaron a patear. Luego, me pusieron una bolsa naila (de plástico) en la cara y estuve a punto de asfixiarme. Y como les decía que no, querían que saliera del cuarto para que me dieran unos toques, pero como mi esposa estaba solicitando verme, se arrepintieron de darme los toques”.
Aseveró que la misma suerte corrió su primo. Cuando escuchó que lo golpeaban, les dijo que era abuso de autoridad. “Y ellos me dijeron que me iban a golpear si decía o hablábamos de esto con el ministerio público”.
Añadió que mientras su esposa lloraba por la desaparición de su hijo, también un policía estuvo a punto de golpearla.
Al no obtener la confesión, prosiguió, él y su concubina fueron llevados a un ministerio público de Cuautla, acusados del delito de tráfico de menores, mientras que su primo pudo salir, aunque tuvo que pagar fianza de siete mil pesos.
Aunque pidió hablar con un abogado, no fue sino hasta después que se lo permitieron y ya pudo contar al médico legista lo que le hicieron.
Ambos fueron vinculados a proceso y estuvieron recluidos en el penal de Cuautla desde el miércoles y hasta el viernes, cuando fueron liberados por falta de elementos. Sin embargo, ayer tendrían otra diligencia del mismo caso.
Sostuvo que los policías iban en las patrullas número 00524 y 00497, una era del Mando Único y la otra era de la municipal de Yautepec.
Afirmó que presentará denuncia por estos hechos en contra de los agentes policíacos. “Yo pedí el auxilio y en vez de ayudarme a buscar a mi hijo, nos echaron como delincuentes, ahora estamos con antecedentes sin deberla”.
En cuanto al menor, comentó que este lunes 3 de febrero, su concubina fue informada de que habían encontrado a un bebé en el estado de Puebla y requirieron de su presencia para identificarlo. Fue allá y pudo verlo, pero no se lo entregaron.
“Nos dijeron que como en unos 20 días nos lo entregan, pero como está en el DIF de Puebla, lo enviarían al DIF de Morelos. Nos han dicho que está bien, nos dijeron que le están dando leche, pero hasta la vez, mi pareja esta angustiada porque todavía no tiene al bebé en sus manos”.
Reconoció que a pesar de que el día de los hechos sí ingirieron bebidas alcohólicas, no estaban en estado de ebriedad y estuvieron conscientes de todo lo que pasó.