Carlos Blackaller Ayala, presidente de la unión nacional de productores cañeros de la Confederación Nacional de Productores Rurales (CNPR), entrevistado ayer durante una visita a este lugar, reseñó que luego de la demanda de industriales norteamericanos en contra de los nacionales por un presunto subsidio a los cañeros mexicanos, que podían vender azúcar a un precio inferior a su costo de producción, ya se había llegado a algunos acuerdos que favorecían a los productores de caña nacionales, sin embargo, los norteamericanos impugnaron y ahora no hay certeza de que se pueda exportar como se había acordado.
“A finales del mes de octubre del 2014 se dio a conocer el alcance de acuerdos entre México y Estados Unidos, de gobierno a gobierno y de industria a industria. Esos acuerdos estaban prácticamente para firmarse, pero se alargó su discusión y fueron firmados en la última semana hábil del mes de diciembre 2014”. Sin embargo, una vez firmados, bajo la legislación norteamericana, se abrió un espacio para que aquellas personas que están dentro del proceso legal, pudieran señalar sus desacuerdos. En la semana anterior, los representantes de la industria refinadora de azúcar de los Estados Unidos, presentaron una denuncia de inconformidad contra estos acuerdos, lo cual fue admitido por el órgano de comercio de los Estados Unidos, donde se lleva el proceso.
“Ante esa admisión, los plazos legales dan un plazo de 75 días para un pronunciamiento definitivo al respecto, o sea que estará listo para marzo de este año”.
Destacó que los representantes mexicanos están buscando que se mantengan los acuerdos tal como se conciliaron, para que los productores mexicanos puedan llegar nuevamente al mercado norteamericano; que bajo ciertas restricciones de calidad, temporalidad, precio y volumen, puedan colocar azúcar nacional en el mercado norteamericano. Sin embargo, reconoció que si esto no se da, habría una grave pérdida para todos los productores, pues los aranceles para exportar serían altísimos, del orden del 50 por ciento del precio por tonelada de azúcar, lo que haría inviable su exportación.
Resumió: “Hay una demanda de los Estados Unidos en marzo del año 2014; la demanda fue admitida por el gobierno norteamericano y bajo sus leyes. Se hizo todo un ejercicio de defensa por parte de las autoridades e industriales mexicanos. Se alcanzó un acuerdo de suspensión en octubre, pero la contraparte norteamericana escaló sus pretensiones y pidió poner más restricciones al azúcar mexicano. Se renegociaron los términos y se hicieron unas adecuaciones; se firmaron los acuerdos, y se creía que el asunto estaba resuelto, pero ahora se abre un compás de revisión de 75 días que se cumplirá en marzo de este año, por lo que priva la incertidumbre”.
Dijo que la parte mexicana trabaja para que se respeten los acuerdos, pero será hasta marzo que se pueda conocer qué pasará.
En un repaso rápido, refirió que si el mercado de azúcar mexicano mantiene el orden que ha tenido, pero no le permiten exportar al país vecino, estimó que se podrían perder tres mil millones de pesos por la no venta de azúcar en el mercado norteamericano, donde se espera colocar por lo menos un millón y medio de toneladas de azúcar.
“Pensando positivamente, si se confirman los acuerdos con los Estados Unidos, tendríamos un escenario de mercado estable y podríamos pronosticar de un cinco a siete por ciento en el incremento del karbe. Pero, si no se cierran bien los acuerdos con los Estados Unidos, de manera conservadora, tendremos la posibilidad de la caída de un seis-siete por ciento (en el precio de la tonelada de azúcar)”.