De acuerdo a la historia, esta festividad data desde 1614 y se refiere a la aparición de un baúl que trasladó el lienzo de la imagen original de la Virgen al municipio, específicamente al barrio Atzompa, por lo que cada año se festeja “El alma de la Virgen”, en la capilla que lleva este nombre.
Según versiones en aquella época, un arriero llegó al municipio con unos baúles. Los encargó en lo que era un mesón y nunca más los recogió. La gente empezó a escuchar una música que provenía de los baúles, pero nadie se atrevía a abrirlos, por lo que pidieron a un sacerdote que los abriera, y al abrirlos, en uno de ellos, había un lienzo con la imagen de la Virgen, por sus características los lugareños decidieron llamarle “El alma de la Virgen”, lo que dio paso a esta festividad cada 11 de febrero.
El baúl en el que se encontró el lienzo con la imagen de la Virgen María, la cual tenía una paloma blanca junto a su pecho, fue llevado a la iglesia del lugar y finalmente se logró construir su capilla donde es venerada.
Las autoridades católicas del lugar revelaron que la capilla nombrada “El alma de la Virgen” o “La Virgen de los temporales” como la llaman algunos, se encuentra ubicada junto a la parroquia Santo Tomás, donde es festejada por sus creyentes, quienes ofrecen arreglos florales realizados con centenares de flores y manos expertas en el arte floral religioso. Igualmente un delicado arco hecho con granos (maíz, fríjol, etcétera) realza la entrada a la capilla, la cual abre sus puertas a todos los feligreses que deseen unirse a la celebración.
Cientos de seguidores ofrecen veladoras como símbolo de devoción y fe.
Durante la misa oficial las autoridades católicas pidieron por mejores tiempos y que se acaben hechos violentos y la inseguridad en el municipio, el estado y el país; por una reconciliación entre la misma población.