En el PRI parece imposible. Sin embargo, un viso de esperanza se abrió el sábado en su evento en el auditorio Teopanzolco de esta capital cuando bajo un argumento que resultó eficaz señuelo -el manejo inicial era el apoyo de un cercano de Manuel Martínez Garrigós, el presidente estatal del PRI para jugar en Cuernavaca- llegaron aspirantes, con su gente y sumaron varios miles (la crónica de La Unión de Morelos menciona a 8 mil, que tomados de la mano seguramente hacen una valla desde Cuernavaca al DF por la autopista, sin moverse).
Lo que parecía improbable sucedió: un evento armado por Martínez Garrigós con su gente que se quedó en la antesala por el triunfo logrado por Amado Orihuela Trejo, se transformó en un acto de partido, institucional, donde el presidente del PRI da el giro que lo instala en esa importante condición y coloca todo el músculo y las canicas en las alforjas del candidato Orihuela. La leyenda “La Unidad se Construye en los Hechos” fue la medida justa de lo que pasó entre estos priistas hace dos días, enviando una lectura importante para los de adentro y sus cada vez más cercanos adversarios: han empezado a ponerse de acuerdo las fuerzas y se acomoda cada quien en el sitio que le corresponde en la inminente batalla. En una palabra: se van a poner de acuerdo. Eso quedó claro el sábado. Lo que venga, aunque importante, será menos complicado, porque quienes han hecho el trabajo hace años al interior y cuentan con los dos grupos de mayor fuerza, ya se entendieron en la posición de cada cual: el candidato y el presidente del partido. Ganando uno el otro triunfa.
Las apuestas al “choque de trenes” se han deshecho. Ese era uno de los flancos que se advertían débiles ante la cercanía de la elección. Un nudo que se desenreda y de qué forma: multitudinariamente y en el esquema que tanto presumen los priistas de viejo, Intermedio y nuevo cuño: institucional, disciplinadamente y con una multitud.
Viene una parte importantísima: la inclusión. ¿Quiénes faltan y deben por obligación ser enviados a la batalla, a convencer y ganar? Todavía hay tendidos en el campo de la guerra anterior interna a los que hay que rehabilitar y ponerlos en forma. Es una obligación tanto del candidato Orihuela como del presidente Martínez Garrigós. No puede ninguno de ellos ni sus principales colaboradores, actuar con el hígado o inmaduros. La inclusión es vital para que el carro tricolor tenga buen destino.
Un ejemplo: la ubicación de Maricela Velázquez Sánchez como inminente diputada federal por la vía plurinominal, debe recibirse como una buena noticia, porque la guerrera de Axochiapan junto con Guillermo del Valle Reyes –que puede ser senador con alto chance—son el tercer grupo realmente con fuerza hacia las entrañas tricolores. Así, los que faltan en el listado tienen muchas posibilidades que la carrera siga cuesta arriba. Maricela Grande hizo lo que debía: meter presión porque tiene argumentos en su gente, y coloca a su hija, militante desde siempre, en su condición de mujer, morelense y joven, en el Congreso de la Unión. Ello nos ratifica que podrá ser admirada u odiada Mary la axochiapense, pero de que sabe y ha aprendido, no queda duda.
El del sábado pudo ser un acto martinezgarrigosista, pero el joven político está claro que aceptó ser dirigente de su partido con el costo de errores y obligaciones. Estas las cumple y no cometió un primer error que pudo ser cuestionado en las altas esferas como contrario. Armó su tinglado y acudió por el candidato para que encabezara Amado el acto. ¿Una acción donde tuvo que morderse “uno”? No, acto inteligente, congruente y necesario para acallar voces externas e internas que en cualquier momento se iban a hacer pedazos los que cerraron por la nominación al gobierno. El sábado, Manuel Martínez demostró ser un buen perdedor, en el entendido que ganando Amado él está del otro lado, y listo para lo que sea. Con sus años a cuestas y un futuro halagüeño. En esas condiciones nunca se puede perder, todo es aprendizaje.
Buena señal enviaron los priistas. Ese es el paso a seguir y no el revoltijo del chisme y el golpe artero. Además no les queda otra: o ganan cuando más oportunidad tienen o que lo olviden no para el 2018 sino varios sexenios después. Es ahora y parece que ha quedado claro… cuando menos entre Amado con Manuel (y Maricela).