Varios accesos importantes a la feria de Cuernavaca en el ejido de Acapantzingo son por la parte de Atlacomulco en Jiutepec, ya por el rumbo del panteón y el campo de futbol o por el mismo par vial de Parres. Ahí mero estos últimos días, a partir de la feria de esta capital, se instalan retenes que no revisan más que el aliento de los que por ahí pasan. En un 80 por ciento traen aliento alcohólico que es severamente sancionado: la grúa y lo que cuesta (alrededor de mil 500 a 2 mil pesos), la multa al infractor que supera los tres mil pesos y 12 horas de cárcel. Así que ir al palenque, echarse lo que más se vende, que son las chelas, disfrutar a excepción de Joan Sebastian, Emmanuel y Yuri a artistas que solamente la empresa conoce, y regresarse por algún camino de Jiutepec, representa alrededor de 10 mil pesos.
Caro, muy caro la diversión, además con tantita mala surte hasta medio día o noche en “cana”.
Obviamente que existe una justificación legal de no conducir ebrio, la que se aplaude sobre todo en el velódromo de Cuauhnáhuac. Pero la pista está libre, ahorita el “derecho de piso” de los de Jiutepec a Cuernavaca por tener su recinto ferial en los límites con Temixco y Jiutepec, es cobrado.
A propósito, nos dimos una vuelta y esta vez el piso del recinto está hecho pedazos. Sí, ya leímos al buen Rogelio Sánchez Gatica decir que no se gastarán un solo peso y recibirán alrededor de 2 millones de pesos. No somos pitonisos pero las reparaciones les van a costar poco más que el triple.
Mientras Miguel Rabadán y su banda hacen negocio con los que llegan a echarse de dos en adelante, porque la mentada maquinita registra a partir de un par de cervezas. Estos días que vemos llegar a connacionales, caminar por nuestras calles en pantaloncillos cortos, las muchachas chapeadas por el sol, hay que cuidarlos. Está bien que no abusen en la tomada, pero tampoco les echemos a perder sus vacaciones. De por sí cargamos en Morelos con mala fama, bien ganada por lo de la delincuencia, y luego que los policías encargados de cuidar el orden público, están con sus garrotes o fusiles prestos a encarcelar a “peligrosos” bebedores. Que se lleven a los briagos, a los que son un peligro, pero no acaben con la gallinita de los huevos de cobre.
Cuidado
Javier Bolaños Aguilar debe deslindarse completamente del tema de las concesiones que a punto estuvieron de entregarse y por alguna razón logística se detuvo. Sería un tema que ingresaría ---no sabemos exactamente la cantidad que lo haría oficialmente, pero por fuera hablamos de decenas de millones de pesos-- presuntamente como 30 millones de pesos. Para los beneficiarios, hablamos de dos o tres veces esa cantidad. ¿Se imaginan?
En su momento buscamos personalmente a Bolaños para conocer su opinión. Nunca contestó, aunque era evidente que sabía le llamábamos. Va en el tercer lugar de la lista plurinominal al Congreso Local. Podría entrar, todo depende que la alianza de última hora no le dé uno o dos distritos de mayoría al PAN, porque quedaría fuera. Así que su apuesta y cruce de dedos es a que el PAN, como en el trieno anterior, no gane casi nada. Es de los que siendo aplastados en las urnas se benefician.
El Toby
Simpático, bonachón, siempre llenito y luchado contra la báscula, Oscar Cano Mondragón también renunció al último cargo que tuvo. Originalmente de la corriente estradacajigalista y converso en adamista, el hijo de los dueños del Café Negrito quiso ser candidato a la presidencia, luego a diputado local, pero seguro va como regidor en una buena posición en Cuernavaca. Él y Bolaños terminaron mal su relación con Sergio Estrada Cajigal Ramírez, no sabemos hasta donde la recompusieron pero transitaron sin muchos problemas los pasados tres años. Javier encontró cobijo en Oscar Sergio Hernández Benítez y Oscar en el mismo gobernador Marco Adame, pero a éste último no le alcanzó para vencer las resistencias de la Sagrada Familia al interior del PAN.
Buen tipo aunque a últimas fechas casi flotaba, Oscar Cano puede ser un buen regidor. Es nativito de esta capital, nadie lo duda.
Los Terrazas
No tenemos bien los datos pero es un desarrollo interesante el de la corriente denominada “Los Terrazas” al interior del PAN—Morelos. Llegados muy jovencitos de Chihuahua, han ganado sus propios negocios y son la otra parte de la báscula con la Sagrada Familia. Vamos a indagar y lo compartimos.