"El suicidio es una puñalada incurable
para quienes te quieren y te sobreviven.”
David Trueba
El suicidio se está incrementando últimamente. Sobre todo, en estos tiempos de pandemia y, seguramente también tendrá consecuencias postpandemia. Conversando sobre el tema con el Dr. Alejandro Águila, experimentado suicidólogo, director y fundador del Instituto Hispanoamericano de Suicidología y gran amigo, me comentó que el suicidio en niños y adolescentes se ha incrementado terriblemente en estos últimos años.
Mencionó que en menos de diez años los casos de niños y niñas que decidieron quitarse la vida se quintuplicaron. En 2018 se contabilizaron 641 muertes, es decir, casi dos suicidios al día. Esta situación nos debe preocupar como sociedad y poner atención a los focos rojos que se presentan en nuestro día a día, poniendo más atención a los miembros de nuestra comunidad; en el caso de los maestros, seguro nos damos cuenta cuando alguno de nuestros estudiantes da señales de alarma. Inmediatamente debemos actuar en consecuencia; y, al mismo tiempo, debe convertirse en parte de la agenda de las políticas públicas.
¿Pero, qué es lo que lleva a un menor de edad a tomar esta decisión? Le pregunté a mi querido amigo. Entre algunas de las causas que existen para que se dé este tipo de suicidios, existen las siguientes: violencia familiar, maltrato, abuso, abuso sexual y abandono. Fue su respuesta.
Es muy triste y lamentable corroborar que es cierto que nuestra juventud está perdiendo la esperanza, si es que alguna vez la ha tenido, en el futuro. Tenemos que entender que ellos dependen de nosotros los adultos. Nosotros los debemos formar con amor y respeto. Con fe y con valores. Si nosotros los adultos, estamos mal, es obvio que nuestros menores también vayan mal y terminen peor, porque ellos apenas están comenzando a vivir.
Ojalá que todo pasara como en la película “qué bello es vivir” (It´s a wonderful life). En la que James Stewart, (George, en la peli) se quiere arrojar a un río, en plena época de navidad, porque su negocio quebró y tiene muchas deudas; y al estar a punto del suicidio, alguien se arroja antes que él. George se lanza para salvarlo de la muerte, comenzando allí una amistad y una serie de cuestionamientos sobre si vale la pena morirse por no soportar las heridas o vivir para enfrentarse y salir airoso viviendo la hermosa vida. Y vivirla como diría Bernard Shaw: una vida aprovechada cometiendo errores no es sólo más honorable, sino que incluso más útil que vivirla haciendo nada.
Es cierto que muchos hemos pasado situaciones muy duras, tanto que empiezas por deprimirte, vas perdiendo las ganas de vivir, te cuestionas si la vida vale la pena. Te cuestionas las razones por las que vives mal, te cuestionas por qué te tocó a ti vivir esas malas experiencias. Pero al final, todo eso lo puedes dejar atrás. No es fácil, pero sí es posible comenzar a vivir una nueva vida. Siempre he dicho que, ya que eres adulto, tienes la posibilidad de recordar todo lo malo que viviste, pero ya lo dejaste atrás, que estás lejos de todo lo malo que viviste y puedes comenzar una nueva aventura, más plena, más hermosa, más grata. Pero, ¿y los niños y niñas, que están dentro del huracán, cómo le hacen?
Por eso tenemos que poner más atención, mirarlos con atención, amarlos, protegerlos, cuidarlos y guiarlos.
La American Academy of Pediatrics (Academia Americana de Pediatras) menciona que éstos son algunos de los factores que pueden contribuir al suicidio infantil: intentos previos de suicidio; antecedentes familiares en los que ha habido violencia y/o abuso; falta de lazos familiares estrechos; problemas de salud mental de los padres; las pérdidas definitivas de alguien como la muerte de los padres o quedarse sin hogar; rechazo por orientación sexual; depresión; consumo de alcohol y otras substancias; problemas de conducta; fácil acceso a armas de fuego y otros métodos mortales, y, lo que estamos viviendo actualmente acoso, o acoso cibernético.
La Academia en mención, enfatiza lo siguiente: el suicidio es ahora la segunda causa más común de muerte entre los jóvenes de entre 10 y 24 años; es importante que conozca los factores de riesgo y que esté preparado para apoyar a sus hijos.
Presento en este artículo diez cosas que los padres pueden hacer para prevenir el suicidio: no permitir que la depresión o ansiedad de un hijo aumente sin control; escuchar a su hijo aun cuando no esté hablando; nunca ignorar las amenazas de suicidio como una exageración o melodrama de los hijos; buscar ayuda profesional de inmediato; comparta los sentimientos de sus hijos; Anime a sus hijos para que no se aíslen de la familia o de sus amigos; recomiéndele que haga ejercicio; anime a su hijo a no ser demasiado exigente consigo mismo; si está bajo tratamiento, recuérdele a su hijo que este es un proceso lento y que tenga calma para ver los resultados; y, si usted tiene armas de fuego o cualquier otra arma que ponga en peligro su integridad, guárdelas en un lugar seguro o llévelas a otro lugar hasta que la crisis termine.
Debemos enseñarles a nuestros hijos e hijas lo hermosa que es la vida y, demostrarles con nuestros hechos, que cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para vivir. Y que también la vida es bella o triste, solo depende de cómo la queramos ver.