"El deporte promueve
la superación personal y la autoconfianza."
Pierre de Coubertin
Los juegos olímpicos modernos han pretendido ser un puente entre el deporte y la cultura, incluyendo, en esta última, las cuestiones de índole política. Y fue Pierre de Coubertin, el iniciador de este movimiento.
Pierre de Coubertin fue un pedagogo e historiador francés, conocido principalmente por ser el fundador de los Juegos Olímpicos modernos. Su visión y esfuerzos fueron fundamentales para revivir las antiguas competencias deportivas griegas en una nueva era. Coubertin es más conocido por su papel fundamental en la creación del Comité Olímpico Internacional (COI) en 1894. Dos años después, en 1896, se celebraron los primeros Juegos Olímpicos modernos en Atenas, Grecia, gracias a sus esfuerzos. Promovió los valores olímpicos de la excelencia, la amistad y el respeto. Creía que el deporte era una herramienta poderosa para la educación y el desarrollo personal. Su lema "Citius, Altius, Fortius" (Más rápido, más alto, más fuerte) encapsula estos ideales. Por cierto, dicho lema fue modificado en 2021. Actualmente dice: “Citius, Altius, Fortius – Communiter”, que significa "Más rápido, más alto, más fuerte – Juntos (o: en comunidad)."
Bajo su liderazgo, el movimiento creció significativamente. Trabajó incansablemente para asegurar que los Juegos Olímpicos se celebraran regularmente, superando numerosos desafíos financieros y políticos.
Como pedagogo, Coubertin veía el deporte como un medio para educar a la juventud y promover la paz internacional. Fue influenciado por los sistemas educativos de Inglaterra y Estados Unidos, donde el deporte ya jugaba un papel importante en la formación integral de los estudiantes.
Entre sus innovaciones organizativas introdujo varias y numerosas en la organización de los Juegos, como la inclusión de deportes de equipo y la participación de mujeres, aunque de manera limitada al principio. También promovió la idea de celebrar los Juegos en diferentes ciudades alrededor del mundo.
El legado de Coubertin perdura en la estructura y filosofía del movimiento olímpico moderno. Su visión de los Juegos Olímpicos como una celebración de la paz y la cooperación internacional sigue siendo un principio rector del COI y de las competiciones actuales.
Sin embargo, a pesar de estos ideales de paz y colaboración internacional los juegos olímpicos han sufrido diferentes acciones violentas y problemáticas. Por ejemplo: en Múnich en 1972, hubo una masacre en la ciudad de Múnich. Un grupo de terroristas palestinos de la organización Septiembre Negro tomó como rehenes a once miembros del equipo olímpico israelí. Todos los rehenes, cinco terroristas y un policía alemán murieron durante un fallido intento de rescate.
En Atlanta 1996 se realizó un bombardeo en el Parque Centenario. Eric Robert Rudolph colocó una bomba en el Parque del Centenario de los Juegos Olímpicos, matando a dos personas e hiriendo a 111. Rudolph fue condenado por este y otros atentados.
En Atenas 2004 se dio el “Incidente de Agios Cosmas” en el que dos periodistas británicos fueron atacados y gravemente heridos por un grupo de personas en Agios Cosmas, un suburbio de Atenas. Aunque el ataque no estuvo directamente relacionado con los Juegos, tuvo lugar durante el período olímpico.
En Río de Janeiro en el año de 2016, durante todo el evento de las olimpiadas hubo varios incidentes de seguridad. Los Juegos Olímpicos estuvieron marcados por numerosos problemas de seguridad, incluyendo asaltos a atletas y turistas, tiroteos en áreas cercanas a las instalaciones olímpicas y amenazas de bomba. Aunque no hubo un incidente mayor, la inseguridad fue una preocupación constante.
Esta vez, en Francia, no se ha dado ningún incidente, a no ser por la crítica en los eventos de la inauguración. El más fuerte fue el de la “parodia de la última cena”, en la que participaron personas de la comunidad LGBT+. Fuimos testigos, a través de los medios sociales el zafarrancho que se dio con declaraciones muy fuertes. Incluso, circula un video de un sacerdote que hace recordatorios maternales a los organizadores.
Antes de criticar, escuchemos al otro, en una escucha activa, como se dice en mediación, para evitar el conflicto. De lo contrario, nos enfrentaremos, una vez más a la violencia en una actividad que lo que busca, como lo definió Coubertin: una celebración de la paz y la cooperación internacional.