"La política es el arte de asociar a los hombres".
Johannes Althusius
Falta solamente un día para el cambio de gobierno, y durante todo este sexenio el presidente ha sido aclamado por una gran cantidad de ciudadanos, hombres y mujeres que opinan que AMLO ha sido el mejor presidente de la historia, pero, al mismo tiempo, también ha sido muy criticado por otro sector de la población y de muchos medios de información.
Todavía no se va, y sigue la polémica, ahora con “la no invitación” del rey de España a la toma de posesión de la presidenta electa Claudia Sheimbaun. Y como he dicho en otras de mis columnas, ya hay muchos medios hablando de esto, y no es mi propósito seguir abonando a este tipo de diatribas.
Mi propósito es abonar a desarrollar un pensamiento positivo, así como algunas estrategias para implementar una cultura de paz y no violencia tanto para nuestro país como para nuestras comunidades en los estados de la república.
Francisco I. Madero decía que, "un buen gobierno solamente puede existir cuando hay buenos ciudadanos". La pregunta es si realmente somos buenos ciudadanos. Y puedo decir, con toda claridad, que todavía nos falta mucho para lograrlo. Pareciera ser que caímos en un pozo, sin fondo, de mucha violencia. Cambiamos de unas costumbres de solidaridad y apoyo social, a una sociedad egoísta e individualista. Todos estamos contra todos. Y, desgraciadamente, la violencia de unos cuantos está ensangrentando nuestras comunidades.
Ya lo he mencionado en columnas anteriores. Antes vivíamos en paz, con tranquilidad, sin miedo. Vivíamos con cierta cordialidad. Todos nos conocíamos en nuestras comunidades, nos saludábamos al cruzarnos en el camino al trabajo o a la escuela. Sin embargo, ahora somos perfectos desconocidos aun cuando la persona con quien me cruzo viva a dos casas de la mía.
Sé que mucho de lo que sucede es culpa de los gobiernos a quienes no les hemos importado como comunidad. Ellos están metidos en sus rollos, y la sociedad está preocupada en poder salir adelante para poder llevar el sustento a la familia, mientras que los seres oscuros hacen de las suyas para desestabilizar a nuestras comunidades.
Urge una reingeniería del aparato gubernamental, así como es justo y necesario que nosotros como ciudadanos también hagamos la parte que nos corresponde.
Para tener una buena sociedad que desarrolle una cultura de paz, es necesario regresar al “back to basics”, es decir, regresar a lo básico. Tenemos que desarrollar los siguientes principios y valores:
Respeto a los derechos humanos, es decir, garantizar el respeto, protección y promoción de los derechos humanos universales para todas las personas sin discriminación; justicia social. Crear políticas que promuevan la equidad y la inclusión, combatiendo la pobreza, la desigualdad y la marginalización; tolerancia y diversidad: Fomentar el respeto y la aceptación de las diferencias culturales, étnicas, religiosas y de género para fortalecer la cohesión social; diálogo y negociación pacífica: Impulsar el diálogo y la resolución de conflictos de manera pacífica, promoviendo la mediación y la diplomacia en lugar del uso de la violencia.
Y algo, que todavía es mucho más urgente, debido a la violencia con la que vivimos todos los días, educación para la paz: invertir en la educación que fomente el respeto, la cooperación y la resolución pacífica de conflictos desde una temprana edad. La resolución pacífica de conflictos fomentará estrategias de paz para resolverlos; participación ciudadana: involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones mediante procesos democráticos y transparentes, incentivando una sociedad activa y responsable; equidad de género: promover la igualdad de género y eliminar la violencia y la discriminación contra las mujeres y niñas, así como fomentar su participación en todos los niveles de la sociedad; solidaridad y cooperación: impulsar la cooperación entre individuos, comunidades y naciones para enfrentar retos globales como la pobreza, el cambio climático y los conflictos internacionales; estado de derecho: fortalecer las instituciones y asegurar que las leyes sean justas, transparentes y aplicadas de manera equitativa para prevenir abusos de poder y garantizar la justicia; sostenibilidad ambiental: implementar políticas que promuevan el respeto por el medio ambiente y el uso responsable de los recursos naturales para asegurar la paz entre las generaciones presentes y futuras.
Y, además, desde mi óptica, fomentar la identidad de las comunidades es fundamental, porque nos da sentido de pertenencia. Nos permite sentirnos parte de algo más grande. Y eso genera un fuerte lazo emocional entre todos y fomenta la solidaridad, la empatía y el apoyo mutuo. La identidad nos proporciona una base común de valores, costumbres, tradiciones e historias que ayudan a mantener la unidad y la coherencia dentro de la comunidad. Y todo ello permite una convivencia más armónica y el fortalecimiento de los lazos sociales.
Eso, es lo que este nuevo gobierno tiene que impulsar para tener una sociedad armónica y más justa. Si así no lo hiciere, que la sociedad se lo demande.