Te sientes muy contento sabiendo que puedes contar. Después del cien viene el mil, luego los cientos de miles y finalmente el millón. Claro, también hay billones y trillones y quién sabe cuántos números más, pero son imposibles de imaginar. Éstos son los números que están lejos de nuestra realidad, números grandes que son inconcebibles por su tamaño. Cuando se habla de algún millonario se entiende que esa persona tiene un millón de dólares o tal vez varios millones, pero tú sabes bien que es una realidad lejos de la tuya. La base de todos estos números es el 10, la cantidad de los dedos de tus dos manos. No es ninguna coincidencia.
Se dice que los números son bellos. No lo dudo. Pero, como alguien que no sabe nada de las matemáticas, tengo que asumir que son bellos. Sé contar y entiendo el concepto de números grandes, pero no puedo imaginar cómo es tener un millón de dólares, o ganar dos millones de pesos en la lotería y mucho menos visualizar las 20 millones de personas en Pakistán que han perdido sus casas debido a las terribles inundaciones en ese país lejano.
Ésa es la situación actual en Pakistán: 20 millones de personas sin techo, sin casa, sin comida, sin agua, escapando con unos cuantos artículos rescatados de sus casas, si tuvieron suerte, y huyendo del agua que crece centímetro a centímetro, inundando todo en su camino, matando a personas desafortunadas, también animales, destruyendo cosechas, autos, todo…
En la ciudad de Cuernavaca contamos con una población de unas 350 mil personas, que en conjunto con los municipios de Temixco, Jiutepec y Zapata llega a casi unas 750 mil personas. Todavía esperamos los resultados del censo de este año para conocer los números exactos, pero dudo mucho que llegue al millón. Somos muchos, es un hecho, pero todavía muy lejos de los 20 millones. Pienso entonces en la Ciudad de México, porque la población de la capital anda por los 15 millones. Imaginar toda la ciudad de México bajo el agua y su población en movimiento, es la única manera de representarnos lo que están viviendo los 20 millones de pakistaníes actualmente en riesgo de muerte.
20 millones es un número extraordinario, impresionante, enorme, imposible. El monzón ha golpeado Pakistán con toda su fuerza. De visita a la zona afectada, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, se ha declarado impactado por el tamaño del desastre. Se sabe a la fecha que al menos 1 mil 500 personas han muerto pero seguro el número alcanzará mayores proporciones. La posibilidad de brotes de enfermedades como el cólera o la tifoidea es inminente y la destrucción de las viviendas y de la infraestructura de la zona es incalculable. En total, una quinta parte del país ha sido devastada durante las últimas tres semanas.
Mientras tanto, en Rusia las temperaturas han alcanzado números nunca antes experimentados. El calor, en conjunto con la contaminación en Moscú, está causando graves enfermedades e incluso muertes. La cosecha de trigo está en peligro debido a los incendios. La situación del país es un caos. Hay otros casos de climas extraños alrededor del mundo; tal vez debiéramos incluir las copiosas lluvias que hemos estado recibiendo aquí en Cuernavaca.
Todo esto es consecuencia del cambio climático.
Tenemos que pensar en los 20 millones de damnificados en Pakistán, mandarles apoyo a través de víveres y donaciones. ¿Qué tal si estuviésemos nosotros en la misma situación? No lo podemos imaginar, aunque hace poco la población de Monterrey atravesó por una situación similar. ¿Pero 20 millones? Es una cantidad de gente impensable, equivalente a la sexta parte de la población de México. Algo descomunal, extraordinario. Ya les está llegando la ayuda humanitaria, pero ese país sufrirá mucho tiempo antes de salir adelante.
Qué bueno que sabes contar. Pero te apuesto que nunca has contado hasta 20 millones.