¿Podemos seguir con nuestras acciones responsables con el uso del plástico, empezando por rechazarlo por completo, o podemos comenzar a pensar en un uso viable para tanta basura? ¿Será posible? Pues sí, según un arquitecto holandés, quien está proponiendo la construcción de una isla flotante sobre esa sopa de basura. Una idea extraordinaria tal vez. ¿Hoy es el Día de los Inocentes? Pues no. Es un proyecto que está recibiendo mucho interés y por lo tanto debería ser tomado en consideración como un esfuerzo serio para la solución de este problema.
El proyecto se llama Recycled Island (o Isla Reciclada) y es la idea de Whim Architecture (www.whim.nl) que propone crear una ciudad flotante para medio millón de habitantes. Se estima que hay hasta 44 millones de kilos de basura plástica que cubren un área de 10,000 kilómetros cuadrados en el océano Pacífico. El proyecto propone por supuesto un estilo de vida totalmente sostenible con la captación de energía del sol y de las olas y un área de la isla dedicada a la agricultura.
El proyecto tiene tres objetivos: no sólo la construcción de un hábitat sostenible, sino también la creación de nueva “tierra” y, más importante aún, acabar con el problema de los desechos plásticos en el océano. Actualmente, como lo he mencionado aquí, las poblaciones de animales, pájaros y peces marinos están sufriendo terriblemente al ingerir sin darse cuenta los dañinos pedazos de plástico. Este proyecto tiene que estar controlado de la mejor manera para no impactar aún más sobre la naturaleza, sino, inversamente, restaurar un mejor equilibrio con el ambiente.
Este proyecto es audaz y, esperemos, viable. Sin embargo, ese parche no es el único en el mundo. Según el sitio www.trashpatch.org hay parches en cada océano: el problema es mundial. A través de una serie de mapas en ese sitio web podrás ver el tamaño del problema. El Pacífico del Norte y del Sur, el Atlántico del Norte y del Sur, el Océano de la India: ocho parches en total, cada uno de ellos creciendo de manera exponencial, aumentando en tamaño todos los días.
El viaje de nuestra basura de plástico es un misterio. ¿Cómo llega en tales cantidades al océano? Se supone que nuestra basura se entierra en basureros y rellenos sanitarios. Esto en parte es cierto, pero hay mucha más que no se entierra, que termina en los ríos y los lagos y cuyo viaje al mar es inevitable. Yo tengo memoria de barcos enormes llenos de desechos dando vueltas por el mundo, buscando un país que aceptara la entrega de nuestra basura que ya no queríamos. No sé qué les habrá pasado, no sé si todavía existan, no sé si en desesperación echaron sus contenidos al mar…
Sin duda, el descubrimiento del petróleo cambió nuestras vidas. Esta sustancia que nos dieron la tierra y la naturaleza se ha convertido en nuestras manos en una de las amenazas más peligrosas en cuanto a la vida sostenible. Esa parte destructiva de nuestras personalidades como seres humanos es lo que nos está ganando; nuestro deseo por una vida aparentemente fácil y rápida está acabando con nuestro futuro. El esfuerzo individual por terminar con el plástico tiene mucho valor y tenemos que seguir rechazando las bolsas y las botellas, entre muchos otros productos. El proyecto de la isla reciclada flotante también tiene su valor, pero me pregunto: ¿Qué se acabará primero? ¿El petróleo o nuestro planeta Tierra?