Un joven alemán lo tiene claro. Para Félix Finkbeiner plantar árboles es una verdadera vocación, algo que reconoció desde su niñez. Su visión y su plan se centraban en plantar un millón de árboles en Alemania. Lo ha logrado, en sólo tres años, y hoy es un joven inspirador que participa en el programa de la protección del medio ambiente de las Naciones Unidas (ONU). En una conferencia que presentó frente a una audiencia de la ONU en 2011 dijo con mucha sabiduría: “Nosotros los niños sabemos que los adultos reconocen los retos; también sabemos que tienen soluciones. Lo que no sabemos ni entendemos es por qué hay tan poca acción”. Por eso él decidió actuar, por eso se dio a su vocación de plantar árboles para revertir el daño del cambio climático.
Su propuesta es sencilla: los niños pueden plantar un millón de árboles en cada país del mundo y así compensar fácilmente los altos niveles de emisiones de dióxido de carbono al ambiente. Hoy, en colaboración con la campaña de la ONU por plantar mil millones de árboles, el movimento iniciado por Finkbeiner ha logrado plantar más de 14 mil millones de árboles en más de 130 naciones. Para el año 2100 su meta es haber plantado un trillón en total. ¿Suena ambicioso su plan? Tal vez sí, pero la realidad es que los niños quieren participar porque son la generación que, sin sus acciones en pro del medio ambiente, van a recibir un planeta dañado y agonizando. Por supuesto que esa meta es alcanzable.
Tenemos una situación complicada actualmente en Cuernavaca. Como es sabido de todos, talaron más de dos mil árboles maduros para permitir la construcción de una autopista de diez carriles, conocida ahora como el Paso Exprés. Afortunadamente, tenemos a una persona que trabaja arduamente para proteger los árboles y gracias a ella –se llama Flora Guerrero– existe un grupo de personas dedicadas a sembrar, regar y proteger una cantidad importante de árboles no sólo en el Paso Exprés sino en otras zonas de Cuernavaca que también han sufrido la deforestación. Ellos han plantado más de cuatro mil árboles a la fecha y ahora que llegó la primavera vemos –las personas que observamos la flora local– que están robustos, con hojas nuevas, hasta con flores. Es un gran triunfo que realmente debemos aplaudir y reconocer. Gracias a la dedicación de esas personas tenemos árboles en las orillas del Paso Exprés, que están bien enraizados, en estado saludable y creciendo con ganas.
Plantar un árbol es fácil. ¿Tú y tus hijos ya han plantado uno? ¿O varios? Entonces tú sabes qué tan fácil es y tu tarea ahora es ayudar a otros –tanto niños como adultos – a hacer lo mismo, además de cuidarlos para asegurar su futuro. Logramos mucho actuando juntos y el ejemplo de ese joven alemán nos sirve de inspiración, sin duda alguna. La primavera es el tiempo perfecto: ¡plantemos muchos más árboles!
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