Lo notamos inmediatamente en las calles. No importa si viajas en automóvil o en autobús, los hoyos, baches y charcos son vistos y sentidos, cada vez con más impacto porque la profundidad de los hoyos incrementa un poco más cada día. Ahora, la mayoría de nosotros ha aprendido dónde se encuentran los baches, y hacemos todo lo posible por evitar caer en ellos con el coche, pero con tanto tráfico a todas horas es muy difícil no caer en algunos, con diferentes resultados. Estamos sufriendo llantas ponchadas, fisuras en radiadores, desgaste de balatas y frenos además de sobrecalentamiento de motores. También es cierto que estamos manejando con más precaución y, como consecuencia, con menor velocidad. Pasa lo mismo en el libramiento: a diario aparecen nuevos hoyos, y llegar rápido a nuestro destino, es casi imposible.
Además del deterioro de las calles y carreteras, algunos municipios han sufrido inundaciones este año, lo cual es muy lamentable. De igual manera, los habitantes del estado de Veracruz están sufriendo terriblemente por el paso del huracán Karl y en Baja California una tormenta tropical ha causado muchos problemas. Es importante mencionar aquí que podemos ayudar a nuestros paisanos y donar agua embotellada, comida enlatada, cobijas, ropa, entre muchas otras cosas que pueden ser entregadas a la Cruz Roja en Cuernavaca. Muchas personas lo han perdido todo y no podemos ignorar su gravísima situación.
El agua en tan grandes cantidades a veces toma vida en lugar de dar vida, pero no podemos perder nuestro respeto por el valioso líquido porque sin él no sería posible vivir. Estamos llegando al final de la temporada de lluvias; sin embargo, es posible que haya que aguantar aún una que otra tormenta. El paisaje se ve verde y exuberante, y todas las plantas y árboles han crecido de manera impresionante. Pronto, veremos las flores tradicionales para el Día de Muertos y estaremos pensando en los seres queridos y difuntos, como todos los años. También es importante pensar en nuestro planeta y en el sufrimiento que estamos causando a través de nuestras acciones egoístas. Sería un buen momento de tomar el tiempo de considerar la Tierra cómo es hoy y cómo era cuando vivían nuestros abuelos. Podríamos aprender mucho…
Si quieres ver la prueba del daño causado por nuestras manos pesadas, te invito a visitar la página web (www.industrialscars.com) de un fotógrafo norteamericano, J. Henry Fair, quien se ha especializado en tomar fotos de la Tierra en crisis. Sus fotos del derrame de petróleo en el Golfo de México, las minas de carbón en Alemania o las fábricas produciendo fertilizantes para uso agrícola en Estados Unidos son, a la vez, bellas y terribles. Si consideramos lo que hace la naturaleza con el agua pluvial a través de tormentas y huracanes, no es nada en comparación con lo que nosotros los seres humanos le estamos haciendo a nuestro bello planeta a través de la actividad industrial. Esas fotos nos muestran lo que normalmente no vemos, daños terribles que tal vez no queramos mirar, pero es nuestro deber observar y aprender.
Los hoyos y los baches son de poca consecuencia en la gran escala de la crisis que padece la Tierra, pero para nosotros en Cuernavaca el tema nos afecta de manera personal, y por eso está aumentando en importancia; ya hay mucha gente muy enojada. Esperamos que pronto nuestras calles sean reparadas y no sólo parchadas. Un buen trabajo sirve para muchos años. Un trabajo mal hecho se deshace en poco tiempo. La Tierra tampoco puede ser parchada: tenemos que seguir informándonos para detener y revertir los daños donde sea posible.