Lo que logró este evento climatológico, aparte de causar muchísimo daño, fue sumar el tema del cambio climático al pódium en los últimos días de las campañas electorales. Este huracán fue enorme; le llamaron “Superstorm” y “Frankenstorm” por su descomunal tamaño, por su violencia y por los demás elementos que contribuyeron a su impacto: la luna llena, las altas mareas y un frente frío que venía del norte. El daño que provocó en su paso por Nueva York y Nueva Jersey fue bastante serio y muchas personas se quedaron sin luz eléctrica ni calefacción por largos días. Además, hubo casas inundadas, casas quemadas, casas destruidas y mucha gente sin hogar, sin sus posesiones y sin transporte. Desafortunadamente, se trata de la misma letanía del daño que nos toca al paso de un trastorno climático tan serio como éste.
Es importante considerar un nuevo reporte elaborado por la US National Center for Atmospheric Research (NCAR por sus siglas en inglés) que pronostica que acontecerán eventos climáticos más fuertes y más seguidos de ahora en adelante. Las temperaturas globales van en aumento, esto está claro, y las consecuencias son inundaciones, sequías, un incremento en el nivel de mar, tormentas mucho más severas, entre otras. Sólo tenemos que pensar en la ferocidad del huracán Sandy, o en la fuerte sequía que afecta desde hace varios años el norte de México, además de muchos estados de la Unión Americana que sufren de la misma sequía extrema. En la Gran Bretaña sufrieron de una falta total de lluvia al principio de este año, seguida por un exceso de agua pluvial que provocaron numerosas inundaciones y fuertes daños a los campos agrícolas. Y no olvidemos la enorme disminución de la capa de hielo en el Ártico este año, que rompió récords y estadísticas. Ya es posible considerar el paso de barcos por esta zona, por vez primera en la historia de nuestro planeta…
Éstos son algunos de los muchos eventos climáticos que se describen como “extraños”, pero que hoy en día son considerados normales, tristemente, y que afectan a cualquier rincón del mundo. Se trata de un extraordinario número de acontecimientos climáticos que golpean a nuestro planeta de manera negativa; sólo tienes que hacer una búsqueda en Google y encontrarás nuevos casos meteorológicos azotando algún país, todos los días. Son demasiados y sólo los más notorios son los que llegan a los noticieros.
Dos nuevas presidencias accederán al poder en los próximos días. Una aquí en México el 1 de diciembre por primera vez y la otra en Estados Unidos en enero de 2013, por segunda ocasión. Se dice que el Presidente de los Estados Unidos es la persona más poderosa de la Tierra y, por ende, su papel como líder puede influenciar no sólo a los países latinoamericanos y a Canadá, sino a todo el mundo en el desarrollo y la aplicación urgentes de políticas hacia una vida sustentable. Somos muchos ciudadanos alrededor del mundo y juntos podemos ser muy poderosos. No se trata de sentarnos a esperar que nuestros líderes actúen a favor de la sustentabilidad, no. Tenemos una voz muy fuerte, tenemos la inteligencia para actuar, tenemos la convicción de creer en un futuro viable. Es nuestro deber trabajar y luchar para influenciar a nuestros gobiernos a que colaboren para lograr un mundo más pacífico, justo y sustentable. Nuestro próximo presidente tendrá seis años para continuar el trabajo ya iniciado e implementar aun más y mejores políticas ecológicas importantes, para hacer de nuestra sociedad un lugar mejor. Tenemos que asegurarnos que así sea. El presidente Obama tiene que poner el ejemplo para que el futuro del orbe sea más seguro, en todos los sentidos.
Hasta la fecha se nos ha hecho más fácil cambiar nuestros gobiernos que detener el calentamiento global. Pocos políticos actúan desde una clara conciencia ecológica; hacen muchas promesas pero no es tan fácil cumplirlas, por muchas razones. Sin embargo, con la convicción necesaria todo es posible. Esto puede cambiar; la verdad es que tiene que cambiar. El huracán Sandy influyó en el momento más propicio y espero que nunca se nos olvide lo que el clima nos puede hacer: simplemente, puede acabar con nosotros.