Primero valdría la pena considerar estas muy recientes estadísticas sobre la cantidad de basura que tiramos en México. “En México cada día se generan 115 mil toneladas de residuos sólidos, lo que equivale a poco más de 40 millones de toneladas de basura al año, y de las cuales sólo se recolecta el 84%, de acuerdo a la SEMARNAT”, nos dice un artículo reciente de Reporte Índigo (www.reporteindigo.com).
En términos sencillos y para fines de este artículo, el plástico es un material derivado del petróleo. Sin duda, ha revolucionado el modo como guardamos la comida, cómo llevamos nuestras compras, cómo viene empaquetado mucho de lo que compramos, entre diversos otros usos. Desde hace mucho tiempo he estado recomendando a través de esta columna disminuir el uso de las bolsas de plástico. Cada vez que aceptamos una de ellas estamos contribuyendo al problema de la basura, no sólo en la tierra sino principalmente en los océanos, en alta mar, ya que debido a nuestras acciones se mueren miles de animales marinos que se confunden al ver una bolsa en el mar, considerándola como una fuente de alimento. La mejor alternativa es llevar siempre con nosotros bolsas de tela cada vez que vayamos de compras. No importa dónde, al centro comercial, al supermercado, al mercado, a cualquier tienda. Decir “no, gracias” a las bolsas de plástico cada vez que nos ofrezcan una es nuestra mejor opción y nuestro deber cívico, sin duda alguna.
La gente tira basura por conveniencia. Verla ya tirada en las calles es una invitación para otros a depositar su basura en donde mismo, sin sentirse culpables ni responsables. Lo importante entonces es no generar tanta basura y aprender a separar y a reciclar, para que así no tengamos tantos deshechos que tirar. Nuestro planeta ganaría y mucho.
Como siempre, los hábitos y costumbres de uno son clave en este proceso. Regresando al tema de las tendencias, es la moda hoy en día guardar la comida en frascos hechos de vidrio, en lugar de plástico, lo cual es una excelente noticia. La comida guardada así se conserva más fresca, no absorbe químicos no deseados presentes en muchos contenedores hechos de plástico, y el vidrio resulta perfecto para usar en el horno y el microondas, además de servir para guardar la comida en el refrigerador, hasta congelarla (revisar primero las indicaciones para uso en el congelador). Además de los frascos que se venden en el supermercado ahora, también debes tener en casa frascos de vidrio que puedas reutilizar: frascos de mermelada o de mayonesa, de chiles o aceitunas, de toda forma y tamaño, además de botellas de vidrio que puedan servir para llevar agua al trabajo o a los paseos. Guarda los frascos de vidrio, lávalos con sus tapas, y ya no los tires: todos ellos tendrán un uso segundario. Todo lo que es vidrio sirve además para guardar no sólo comida sino un sinfín de cosas, como tornillos, clavos, agujas, alfileres, clips, botones, dulces, nueces, semillas, chocolates, etc. La lista es larga.
Esas cantidades enormes de basura que como país tiramos cada año – repito, son más de 40 millones de toneladas – tienen que disminuir, a como dé lugar. Eliminar nuestra dependencia del plástico es el primer paso; el segundo es remplazarlo con vidrio o telas u otros materiales totalmente reutilizables que están a la moda actualmente; el tercero es ser consciente de la cantidad de basura que generamos todos los días, de lo cual mucho está hecho de plástico. Si somos cada vez más conscientes y tenemos la opción de remplazar el plástico con algo que nunca vamos a tirar, no debería ser tan difícil. El problema de la basura radica en nuestros malos hábitos. Cambiarlos es fácil...