El turismo es para nosotros, sin duda, una industria muy importante. Nuestro estado de Morelos atrae a mucha gente, tanto nacionales como extranjeros, que disfrutan la historia, la cultura y las tradiciones más interesantes, además de nuestro clima primaveral que es la especialidad de la capital del estado. Más allá de Morelos, México ofrece un sinfín de posibilidades turísticas y depende de cada uno de nosotros apreciar esos destinos y, más importante aún, preservarlos como parte de nuestro esfuerzo por proteger el medio ambiente.
Contamos con playas numerosas y extraordinarias en nuestras costas del atlántico, del pacífico y del caribe. En tiempo de lluvia los ríos majestuosos corren con fuerza; estamos rodeados por haciendas, iglesias, sitios arqueológicos, museos y galerías de arte que son fascinantes; disfrutamos de jardines exuberantes; los desiertos nos ofrecen un ecosistema diverso, la selva otro tanto y cada lugar, distinto por su clima peculiar, promueve la vida de la flora y la fauna, de muchas de las especies únicas de México. Hay montañas, grutas, planicies, áreas de agricultura, áreas de bosques, lagos, manantiales, esteros, pantanos y manglares. Tenemos música, literatura, artistas plásticos y, sobre todo, la comida que es patrimonio de la humanidad. La lista sigue y la verdad es que no hay que salir de México para descubrir lugares extraordinarios y disfrutar de experiencias inolvidables.
Necesitamos preservar tanta riqueza y belleza pero también la queremos compartir con el resto del mundo. “El gasto de los turistas internacionales en alojamiento, gastronomía, espectáculos, compras y servicios se ubicó en un promedio de 868.4 dólares por persona en el primer semestre de 2014, un incremento de 9.71%, con respecto al mismo periodo del año anterior” (El Financiero, 25.08.14). Nos visitan estadounidenses, canadienses, latinoamericanos, europeos y gente de muy diversos países. Es importante para México ser visto como un destino turístico que ofrece mucho valor en su oferta; el turismo juega un papel preponderante en la economía de nuestro país y existe un esfuerzo grande por generar más visitas de extranjeros, que pasen más tiempo aquí y que gasten aún más dinero.
La oferta turística de México es muy atractiva. Pero esa atracción decaerá si no nos preocupamos por el futuro, si no resolvemos los problemas ambientales que padecemos. Desde los incendios forestales y la contaminación de los mantos freáticos, hasta nuestros terribles problemas de basura, la fracturación hidráulica (o fracking) que pronto aparecerá por muchas partes del territorio nacional, las minas abiertas y la falta de normatividad para controlar los desechos industriales. Todo eso afecta de manera negativa nuestros destinos turísticos. En el camino del aeropuerto al hotel, el turista siempre suele pasar por zonas descuidadas, mal diseñadas y de reputación dudosa. ¿Qué impresión le deja? Y más importante aún, ¿cuál será el impacto ambiental de cada uno de los desarrollos turísticos si no toman en cuenta la sustentabilidad y el medio ambiente?
Por otro lado, las industrias en todas sus formas deben ser más responsables con la comunidad y la sociedad. Tenemos actualmente el ejemplo de Grupo México que permitió el derrame de una sustancia altamente tóxica en un río del estado de Sonora, como ya detallamos la semana pasada. El impacto inmediato ha sido hacer el agua potable inservible, con lo que son las personas locales las que están en riesgo. Hasta ahora nadie ha reportado el efecto sobre el ecosistema del río Bacanuchi, a su vez afluente del río Sonora. ¿Qué se puede esperar? Sólo malas noticias.
Ese es otro ejemplo de irresponsabilidad hacia el medio ambiente, la sociedad y el país. Casos similares son frecuentes, pero por ser menos vistosos el público no está consciente de lo que está pasando y mucho menos los turistas. Si queremos que vengan más visitantes a conocer la riqueza cultural y la belleza de nuestros destinos nacionales es imperativo poner orden en nuestra casa. Todos tenemos que reconocer nuestra responsabilidad de proteger el medio ambiente natural, hoy y para siempre.