“Rosetta es una misión de la European Space Agency (ESA) en la que participan los estados miembros de la agencia y la NASA. El módulo de aterrizaje Philae ha sido desarrollado por un consorcio dirigido por el DLR, MPS, CNES y ASI. Rosetta será la primera misión de la historia en reunirse con un cometa, acompañarlo en su órbita alrededor del Sol y posar un módulo sobre su superficie”, anunció la ESA el 10 de noviembre. Dos días después Philae logró aterrizar sobre el cometa: “Los cometas son cápsulas de tiempo que todavía contienen materiales de la época en la que se formaron el sol y los planetas. Al estudiar el gas, el polvo, la estructura del núcleo y los materiales orgánicos del cometa, tanto a distancia como sobre su superficie. La misión Rosetta podría ser la clave para descifrar la historia y la evolución de nuestro sistema solar y encontrar respuestas sobre el origen del agua en la Tierra y quizás incluso de la vida”.
Aterrizar un robot sobre un cometa parece algo tan imposible que nos cuesta creerlo. Nos quedamos con la boca abierta al contemplar un viaje tan largo y de tan larga duración. Yo me acuerdo de la llegada del hombre sobre la luna –fui testigo del momento al verlo por televisión en vivo y en directo– y fue un momento transcendental en la historia del hombre. Para mí, la llegada de Philae al cometa es otro de esos.
Después de muchos años de preparación, investigación científica, desarrollo de tecnologías especiales, además de una fuerte inversión, el módulo Philae llegó al final de su viaje por el espacio, para la inmensa emoción y satisfacción de los científicos que seguían su paso. También sufrieron momentos de angustia cuando se dieron cuenta que Philae había aterrizado en el lugar equivocado, a una distancia aproximada de un kilómetro del punto preseleccionado. Esto resulta clave, porque dependiendo de su ubicación, el módulo logrará (o no) recargar sus baterías gracias a los rayos del sol. Philae espera recargarlas durante su paseo sobre el cometa en su dirección hacia el sol: se volverá más activo conforme se vaya calentando. Pero sin energía solar necesaria el módulo ya no servirá y será imposible recibir más datos. Al parecer, el módulo podría haberse plantado a la sombra de un acantilado, lo que impide su acceso a los rayos solares. De hecho, al momento de escribir esta nota, Philae está “durmiendo” y no sabemos si despertará.
La distancia entre la Tierra y el cometa es tan grande que hace imposible enviar instrucciones en tiempo real, ver el progreso del módulo o saber con exactitud su punto de aterrizaje. Lleva a bordo instrumentos para medir y recoger datos que los científicos esperan les sea fácil interpretar y les sean útiles para explicar mucho acerca de nuestra existencia sobre la Tierra. Los datos, fotos y videos que ya han recibido son de enorme valor.
Les recomiendo consultar la página web de la ESA: http://www.esa.int/ESA, la fuente de la información que les comunico aquí. Además, ahí están compartiendo fotos, videos e información de manera continua sobre este histórico evento.
El ser humano es creativo, inteligente, lleno de buenas ideas, afortunadamente. No siempre es egoísta y enfocado en la destrucción del planeta, no; hay que aprender de estas personas que son los autores de ideas atrevidas, nobles y transcendentales. La misión Rosetta, ciertamente, es una de esas ideas extraordinarias que debemos reconocer y celebrar. Claro, tenemos que esperar para obtener resultados y conclusiones: esto no se logra de un día para otro. Los miembros del equipo responsable ya tienen 10 años más de edad, 10 años más de experiencia, y han tenido que aprender el arte de la paciencia. Seamos pacientes entonces para saber más; pero habrá información sobre el inicio de la vida en nuestro planeta Tierra, sin duda alguna.
Constituye también un claro ejemplo de cómo la colaboración global es la clave para el futuro. Si a través de la colaboración entre varias naciones logramos posar un robot sobre un cometa, pues debe ser posible trabajar en conjunto para disminuir las emisiones de carbono al ambiente, desarrollar energías renovables, respetar la vida del hombre y del planeta, y vivir en paz y tranquilidad.