Más de mil millones de personas en 192 países participarán mañana en actividades y eventos especiales en nombre del Día de la Tierra. ¿Tú has hecho planes también? En lo personal, no pasa ningún día en que no piense en el futuro de nuestro planeta Tierra. Soy tan culpable, como tú y como todos, por lo que está pasando, por el calentamiento global, por el cambio climático. Sí, sigo contribuyendo al problema porque nuestro estilo de vida nos dificulta lograr lo contrario. Para realmente detener el cambio climático tendríamos que prohibir el uso de vehículos de todo tipo, dejar de extraer fósiles combustibles de la tierra, prohibir la industria, los aviones… un sinfín de cosas y actividades, lo cual resulta imposible. Lo que sí podemos hacer es cultivar mayor conciencia sobre esta situación, dejar atrás nuestro egoísmo total y empezar a trabajar al servicio de todos, del ambiente y del planeta.
Espero que hayas aprovechado algunas de las extraordinarias películas que nos ofreció Cinema Planeta la semana pasada. Han sido altamente inspiradoras, en su mayoría películas documentales que jamás veremos en otra ocasión. ¡Qué maravilla de festival de cine y medio ambiente es Cinema Planeta! Felicito de nuevo a Eleonora Isunza y a Gustavo Ballesté, los directores del festival, por su gran convicción y servicio altruista, dedicados los dos a traernos información tan relevante en un formato verdaderamente fascinante, el cine.
Me gustaría mencionar aquí dos películas que me conmovieron mucho, ambas, selecciones de Cinema Planeta. Primero, “La Odisea Salvaje”, del francés Nicolas Vanier, quien a sus 52 años realizó una extraordinaria aventura en trineo, jalado por 10 perros husky siberianos, en un viaje a Siberia, pasando por Rusia y China, en pleno invierno, en condiciones de frío terrible. En total viajó más de 6,000 kilómetros en poco más de cuatro meses. Los paisajes que contempló y que filmó son únicos: muy pocas personas en este mundo los habían visto. La inclemencia del frío hace casi imposible pasar por esa zona del planeta, aunque aquí ya presenció mucha evidencia del cambio climático y la inestabilidad de lo que antes era una zona con claros periodos de frío, hielo, nieve, etc. Hoy, no hay nada garantizado y puede que esté más templado el clima o aún más frío. Este excepcional explorador lo vio todo. La relación estrecha entre Nicolas y sus perros, basada en la confianza, fue intensa, cariñosa y de lo más tierna, pero estrictamente necesaria para su supervivencia a lo largo de esta odisea tan asombrosa como fuera de lo común.
La segunda película es un documental que relata los inicios de la organización ambiental Greenpeace, titulado “Cómo Cambiar el Mundo”. Greenpeace es un movimiento global que hace un trabajo transcendente en apoyo a salvar las ballenas, las focas, el Ártico, todo lo amenazado por las grandes empresas y los gobiernos codiciosos. Tal vez no sepamos cómo empezó a operar y es precisamente eso lo que nos comparte el documental. Nos enseña cómo una persona principalmente tuvo la valentía de sus convicciones para actuar en nombre de los animales indefensos y de la Tierra, tan vulnerables al trato inexorable del hombre. Bob Hunter, un canadiense con una alta conciencia ambiental, decidió primero actuar para frenar a los balleneros rusos. Con un grupo de amigos, igualmente preocupados como él, consiguió un barco pequeño y salió a encontrarse con los rusos en alta mar para intentar impedir la matanza terrible e indiscriminada de las ballenas. Ese viaje fue muy peligroso ya que no contaba con gran experiencia en ese entonces y sólo su valentía los guió en el momento. Fue el primero de muchos viajes que realizó. Entendía muy bien la importancia de compartir sus actos con el mundo y eso que esto fue antes de los teléfonos celulares, las redes sociales y la comunicación instantánea. Sin embargo, su impacto a través de la televisión y la radio fue tremendo y con cada acto que llevó a cabo –valiente sin duda aunque siempre pacífico– el movimiento liderado por Hunter, ya nombrado Greenpeace, empezó a crecer hasta llegar a convertirse en lo que es hoy: una organización mundial. El impacto, la convicción, la mentalidad por la paz, la valentía y la visión extraordinaria de Bob Hunter nos legaron algo que realmente nos enseña cómo cambiar el mundo.
Mañana, el Día de la Madre Tierra, abre los ojos, observa la naturaleza, piensa en la Tierra y pregúntate si tú también puedes contribuir algo para el bien de nuestro planeta. Sin duda, todos podemos actuar. Tal vez no como Nicolas Vanier o Bob Hunter, pero todos somos capaces de aportar algo, por pequeño que sea. Así pues, mañana será un muy buen día para comenzar a actuar.