Mi día fue una mezcla de prácticas ecológicas y no-ecológicas. Me levanté temprano para ver la carrera de Fórmula 1, el Grand Prix de Mónaco. Admito que éste es un deporte totalmente ajeno a la protección del medio ambiente pero es algo con lo que me crié, teniendo dos hermanos locos por los autos, y yo , como su hermana, los quería imitar. Todo esto en un momento de la historia cuando no nos preocupábamos por el planeta Tierra. Sin embargo, hasta la fecha, la fijación por las carreras de autos sumamente rápidos me sigue atrayendo, como a mis hermanos, y no puedo evitarlo. Ahora entiendo al novelista Nevil Shute, el famoso escritor, cuyo libro On the Beach me impactó hace años. Es un relato sobre una comunidad en Australia que sabe que va a morir por la radiación que seguramente les llegará y deciden organizar una carrera de autos con la última gasolina que les queda y sin que existan reglas. Es una carrera hasta la muerte, por lo que no importa si hay gente que muere... Si no lo has leído lo deberías de leer; es realmente extraordinario.
Durante los terribles y aburridos cortes publicitarios de la carrera de F1 utilicé el tiempo para lavar mi ropa, siempre en agua fría ya que no tengo boiler para calentar el agua. ¿Por qué? Porque bañarme con agua fría es una práctica que llevo cultivando desde hace aproximadamente ocho años; lo que ahorro en gas es sorprendente. Además, para mi salud, el agua fría me hace mucho bien. Por eso lavo mi ropa y los trastes en agua fría también… El sol trata de salir, pero las nubes le ganan. ¿Mi ropa se secará o no al aire libre el día de hoy? Porque, sí, siempre seco mi ropa al aire libre. Preparé mi desayuno y guardé todos los desechos orgánicos (de verduras cultivadas localmente) para echarlos a mi composta. Tomé café orgánico cultivado en Chiapas.
¿Qué es lo que les quiero compartir el día de hoy en esta columna? Que es difícil actuar totalmente a favor de la protección del medio ambiente. Que cada uno de nosotros tiene prácticas cuestionables en cuanto a la ecología. Y que es muy difícil ser 100% ecológico…
Aparte de ser ecologista y fan de las carreras Fórmula 1, soy también seguidora y promotora de nuestro festival de cine local, Cinema Planeta, cuyo tema es el medio ambiente como ya todos saben. Son ya siete años que Cuernavaca ha sido el lugar para ver las mejores películas sobre los temas cruciales que afrontamos en cuanto a nuestro planeta Tierra, gracias a Eleonora Isunza y Gustavo Martínez, los directores del festival. El medio del cine es de los más adecuados para difundir los mensajes trascendentes sobre este tema y es interesante saber que:
* Ya hay un festival ambiental en el mundo que inicia cada dos semanas.
* Existen 28 festivales de cine alrededor del mundo cuyo tema es el medio ambiente.
* Y es muy significativo que el famoso Festival de Cine de Cannes –que terminó el pasado domingo– escogió para cerrar sus jornadas un documental llamado “Ice and the Sky” (Hielo y el cielo), basado en el trabajo del reconocido climatólogo, Claude Lorius, del director Luc Jacquet (quien dirigió el aclamado filme “La marcha de los pingüinos”, que probablemente muchos de ustedes hayan visto).
Sin duda, el tema de la protección del medio ambiente junto con el del cambio climático está creciendo en importancia en las mentes de muchísimas personas. No sólo los directores de cine y los organizadores de festivales, sino todos nosotros somos responsables por llevar a cabo las acciones a favor del medio ambiente. Empezar a cambiar nuestros hábitos es de suma importancia y es seguro que cada uno de nosotros puede hacer algo. La Fórmula 1 seguirá, con o sin mi apoyo, y estará de regreso en México este año después de una ausencia de 20 años. Boletos ya no hay y por ello la veré en la televisión como la mayoría de ustedes. Reconozco que es una carrera que está en contra de una vida sustentable. Representa por excelencia el microcosmos de nuestras vidas: se trata de dinero, gasolina, tecnología, velocidad, competencia, seres humanos, ciencia… Se trata de vida o muerte, o sea exactamente lo mismo que nos promete el cambio climático.