Algunas organizaciones monopólicas, como la que da servicio a Tepoztlán, se dieron el lujo de aplicar incrementos superiores al 30 por ciento.
Sin embargo, no quieren compartir ni una mínima parte de ese beneficio con sus trabajadores.
Los choferes reclaman un incremento o una mejora de sus condiciones de trabajo, pero sus reclamos han sido rechazados, lo que augura conflictos en el horizonte del transporte público.
Los operadores son la parte que no por causalidad se encarga de maltratar a los pasajeros a nombre de sus patrones.
Hoy están en la posición de aquellos a los que deberían servir adecuadamente, pero por esa conflictiva relación no sabemos si habrá un lazo de solidaridad que permita que un enfrentamiento con los concesionarios fructifique.