Es difícil impedir un acto de esa naturaleza porque puede ocurrir en cualquier tiempo y en cualquier lugar. Sin embargo, si las leyes creadas ex profeso se aplican y el asesino recibe un severo castigo, ese caso puede ser disuasorio.
Una de las causas de la persistente violencia de género es la impunidad. El temor a recibir un severo castigo seguramente inhibirá otros casos.
Por lo pronto, el asesino al que hacemos referencia ya está en la cárcel, con una bala que obtuvo como respuesta por atacar a la Policía.