Excepto algunos discursos, la víctima quedó a merced de sus propios recursos, que no fueron suficientes para evitar el desenlace ya conocido, que ahora ha exhibido a Morelos, pues una instancia federal ha hecho público que analiza la acción como un posible delito.
Nadie hizo algo efectivo y hoy la resolución de la Fepade, la Fiscalía para Delitos Electorales de la Procuraduría General de la República, lo exhibe.