Pensar que puede acarrear mayores consecuencias a las entidades del país no es tan errado, porque difícilmente el daño se limitará a los desmedidos aumentos en el precio de los combustibles.
Más vale analizar la letra pequeña de las reformas y prepararse para lo que pudiera venir, aunque por el carácter dilatorio de los mexicanos no sería raro que todo eso prevenible nos llegara de repente como sorpresa.