La falta de vigilancia de los padres de familia hacia sus hijos permite que quienes quieren aprovechar la vulnerabilidad de niños y adolescentes encuentren un campo fértil.
La trata de personas es un delito más común de lo que imaginamos, por lo que lo menos que debe hacerse es buscar cerrarle la puerta.
La participación de los padres de familia es crucial, como también lo es que las autoridades intervengan para investigar todos los lugares donde se propicia la explotación sexual, especialmente de menores.