Gran parte de quienes se han desempeñado como alcaldes no han sido pulcros en el manejo de los recursos que les fueron confiados, pero las fallas evidentes -quizá intencionadas- de los mecanismos de control les permiten vivir en la total impunidad.
Por eso el encarcelamiento de González Otero debe ir acompañado de otras señales para que se pueda tener confianza de que hay una lucha contra la corrupción y de que no se trata de otra cosa.