Pese a las barbaridades que acostumbra decir para justificar sus excesos como alcalde, ahora como representante de sus homólogos el edil de Tlaltizapán David Salazar Guerrero ha sido congruente al pedir que el fondo de contingencia para hacer frente al pago de laudos vencidos se ocupe de forma racional, pues las condiciones de cada presidente municipal y de cada proceso ya ejecutoriado son distintas.
Es evidente que defiende sus intereses personales, pero en su obligación de hablar por todos sus colegas pide lo que los alcaldes de otras administraciones no hicieron.
El fondo tiene pocos recursos y será feroz la disputa por obtenerlos, pero que desde ahora se exija un examen serio de cada caso puede ser un buen principio.
