La prueba de tal afirmación se dio la noche del miércoles, con la enorme movilización provocada por el incendio de una vivienda -construida arriba del ducto de combustible- en donde las autoridades presumen que se robaban el peligroso líquido.
Un día antes había habido un derrame de combustible (otro más) en la zona donde se ubica el campus Norte de la UAEM.
La falta de resultados en la persecución de ese delito ha alentado a quienes se dedican a esa práctica a seguir adelante sin mirar las consecuencias, que la noche anterior fueron dramáticas, especialmente para el poco más de medio millar de personas que tuvieron que desalojar sus viviendas.