Ese espíritu de reivindicación no surge de manera espontánea y habla de que la clase trabajadora se encuentra en dificultades.
Para empezar, quienes se desempeñan en la industria de la transformación son ahora una minoría porque la economía de Morelos se ha volcado a los servicios y a la fragilidad laboral.
Las causas obreras emergieron de las fábricas y no hay gran experiencia de organización entre esa clase social, que ni siquiera se reconoce como tal.
México vive un desproporcionado periodo de transformación, por lo que es difícil predecir el rumbo que tomarán las demandas ayer presentadas, pero por lo pronto al menos puede tomarse la marcha de ayer como catarsis.