Por todo lo anterior no se necesita pensar mucho para encontrar los calificativos que merece la acción de cortar le energía eléctrica a 35 de los poco más de 70 pozos que abastecen de agua potable a la ciudad.
La industria restaurantera ubicada en el primer cuadro, pero también las oficinas públicas, ayer ya sufrían afectaciones.
Estirar una situación que se ha vuelto insostenible puede ocasionar que el descontento ciudadano llegue a niveles inadecuados, pero a la Comisión Federal de Electricidad parece no importarle.