Debieron morir dos personas en circunstancias indignantes para que las instancias competentes tomaran con seriedad el asunto y atendieran las recomendaciones y advertencias que con mucha anticipación se hicieron en torno al correcto diseño, ejecución y construcción del llamado paso exprés, sobre la autopista México-Acapulco.
La coordinación que ahora presumen dependencias federales para resolver de fondo el problema de la construcción sobre el paso de una barranca y de un drenaje no sólo es tardía, sino que evidencia el grado de indolencia y corrupción que privó en el desarrollo de la obra.
Resulta reprobable argumentar que ahora sí se tomarán en cuenta las recomendaciones que desde octubre pasado hicieron autoridades estatales para resolver la cimentación del proyecto a la par de la infraestructura hidráulica presente.
La sociedad morelense sigue esperando el deslinde de responsabilidades de quienes fueron omisos y negligentes.