Aunque es que evidente la situación de insolvencia que padece el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC) resulta insultante que diversos grupos internos y externos insistan en cerrar calles por reclamos que tienen que ver con adeudos que, saben, no se liquidarán en un día.
No va a ser nunca li mismo la desesperación de los usuarios que tienen largos días sin el servicio de agua potable que manifestaciones como la de ayer, en la que decenas de miles de personas sufrieron las consecuencias por el cierre de la avenida Morelos.
Ya nada justifica el sufrimiento de los llamados terceros perjudicados, que no son más que ciudadanos tomados como rehenes por esos grupos que se mueven por intereses distintos a los que dicen defender.