Las afirmaciones contundentes de la secretaria general de la Sección 19 del SNTE en el sentido de que no se acortarán las vacaciones del gremio magisterial para reponer las clases perdidas por el sismo habla de que no existe compromiso social ni profesionalidad y mucho menos preocupación por la suerte de los estudiantes.
Las clases que no se han impartido por casi dos semanas dejarán importantes lagunas en la preparación y los conocimientos del alumnado, lo que los dejará en una desventaja que puede hacerse permanente.
Los profesores deben entender que no son simples asalariados, sino que su labor consiste –ni más ni menos- en formar lo mejor posible a las siguientes generaciones de ciudadanos mexicanos.
La enseñanza pública presenta evidentes retrasos, por lo que los días perdidos que no se repongan dejarán más atrás aún a los alumnos de escuelas oficiales respecto a quienes pueden acceder a la enseñanza privada, que ya está en actividad.
Eso es carecer de conciencia social.