La empresa responsable del Paso Exprés trabaja en el mayor secretismo en las labores de reparación de esa vía. Pese a que se trata de una obra ejecutada con dinero público, ni siquiera permite visualizar de lejos la zona donde se sustituye la parte dañada, mucho menos autoriza entrar al lugar.

Todo eso ocurre con la anuncia de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, corresponsable del desastre que culminó con la muerte de dos personas y daños infinitos a la red carretera del estado, así como a la conexión entre la capital del país y el puerto de Acapulco.

Los enormes daños provocaos por el sismo han hecho olvidar los tristes acontecimientos provocados por la corrupción, pero mal haría la sociedad morelense en dejar de fiscalizar esos trabajos, porque no debemos olvidar que la zona del socavón es apenas una de las decenas de  fallas-varias potencialmente mortales-  que presenta la costosa obra, que tiene en su haber más de mil millones de pesos gastados de forma irracional y deshonesta.