La negativa a abrir el tramo de la avenida Morelos en su cruce con la calle Degollado (donde se encuentra el edificio comúnmente llamado “la latino”) seguramente provocará enorme malestar entre transportistas y comerciantes de la zona.
Es quizá el mismo malestar que en diversos albergues provoca desde hace días enfrentamientos entre damnificados y gente que finge serlo o que son damnificados económicas, con sus propiedades intactas pero sin fuentes de ingresos desde el terremoto.
Todo eso habla de la acumulación de tensiones derivadas de las pérdidas y de la emergencia social del 19 de septiembre, hace ya cuatro semanas.
Lo anterior sólo significa que las medidas de recuperación son de lo más urgente.
No sólo las casas, sino las fuentes de empleo deben recuperarse para evitar que el malestar causado por las tensiones que genera la convivencia forzada y la pérdida de infraestructura se extienda.