Desde antes siquiera de que se vuelva realidad la creación de cuatro municipios indígenas comienzan a brotar los problemas que esas posibles entidades provocarán.
Por lo pronto, las comunidades que pueden ser beneficiadas con la medida ya amenazaron con cerrar carreteras si en la fecha que los vecinos fijan no se proclaman las nuevas alcaldías.
Y el reclamo tiene una finalidad bastante simple e inocultable: el dinero.
Las comunidades indígenas quieren que desde ahora se les asigne un presupuesto, algo que está contemplado en el proceso de la creación de esos municipios pero que no parece ser suficiente para quienes impulsan la medida.
Habrá que pedir cordura a quienes buscan separar políticamente a su comunidad. Deberían tener en cuenta la realidad de decenas de municipios en lugares como Oaxaca, con insuficiente territorio y escasos ingresos propios, donde la pobreza y los problemas sociales son lo cotidiano.