Fue culpa del secretario de Movilidad y Transporte y de nadie más el hecho de que quienes buscan una concesión de taxi hayan sido nuevamente explotados por sus representantes, varios de los cuales obtuvieron dinero extra por el cobro de ese trámite que ni siquiera tiene esperanzas de concluir.
La regularización del 2014 iba dirigida a los transportistas “piratas”, para que trabajaran dentro del marco de la ley, pero al final permitió incorporar a miles más a la marginalidad, en detrimento de los taxistas que sí tienen sus documentos en orden y que hoy enfrentan una atroz competencia desleal.
El funcionario no ha querido cambiar el estado de cosas, lo que al final de cuentas sólo afecta a los usuarios, que al igual que quienes usan el servicio colectivo, están a merced de los transportistas.