Incentivar la recuperación económica e iniciar la reconstrucción de las viviendas dañadas son el mejor anuncio que puede recibir la entidad al cumplirse cinco semanas del sismo más fuerte sentido en la entidad en siglos.
La pérdida de empleos agudizó el sufrimiento de los miles de personas que perdieron sus viviendas o sufrieron daños que cuesta mucho reparar.
Ahora el problema que se avecina es disponer de suficiente mano de obra calificada para levantar las nuevas viviendas.
Los retos causados por el sismo no sólo son enormes, sino variados, pero existen en la entidad las bases para enfrentarlos uno a uno con el conocimiento suficiente.
Por lo pronto, debe hacerse todo lo necesario para que quienes viven en casas de campaña y albergues se esfuercen en regresar a la normalidad, para que esos refugios temporales no se vuelvan permanentes, pues terminarían entonces como focos de conflicto social.