Los bloqueos persisten como la forma más utilizada para protestar. En diferentes ocasiones, apenas cinco individuos han podido paralizar media ciudad de Cuernavaca cuando se colocan en medio de una calle transitada para exigir derechos reales o imaginarios, en detrimento de cientos de miles de personas que nada tienen qué ver con el asunto.
Los últimos días y por razones diferentes varias calles importante han sido cerradas, con graves consecuencias para quienes deben trasladarse por motivos de trabajo o de estudio.
Incontables enfermos han sido perjudicados una y otra vez.
Los motivos pueden ser cualquiera y hasta lo más inimaginable, por lo que no debe echarse en saco roto la sugerencia de que se legisle para permitir garantizar el derecho a la libre manifestación, pero no por encima del derecho al libre tránsito.
Algo así como que se permita bloquear sólo parcialmente una vialidad para que el tráfico de vehículos, aunque sea con lentitud, nunca se interrumpa.
No es descabellado y sí justo, muy justo.