Ha llegado a los ciudadanos el momento de pedir. La proliferación de aspirantes a cargos de elección popular nos ha dejado en la tradicional situación en la que cientos de personas con aspiraciones políticas ofrecen su mejor cara y hacen infinidad de promesas y entrega de prebendas.
Perfectos desconocidos de repente creen tener los méritos suficientes como para ser regidores, alcaldes o diputados. Ni siquiera piensan en la etapa intermedia de la candidatura, sino que se visualizan en el cargo soñado.
Los ciudadanos tienen entonces la oportunidad de que muchas de sus gestiones fructifiquen y bien harían en aprovechar el momento.
Serán tres años los que medien entre el actual y otro momento parecido, por lo que es una larga espera, como la que ha habido hasta llegar al proceso 2018.