Los comerciantes de mercados, centros comerciales y demás establecimientos dependen directamente del comprador. De ahí que subir precios es atentar contra sí mismos.
El buen trato al cliente implica ofrecer productos de calidad al alcance de la población. En esta época del año, el flujo de compradores crece; pero si éstos se encuentran con precios elevados, el comercio terminará por resentir el impacto, ya que alejarán a su principal fuente de ingresos.
Ayer la Profeco comenzó operativos de fin de año. Lo ideal es que sus verificaciones inhiban las prácticas ilegales de encarecer los productos que familias llevan a sus mesas para celebrar las fiestas decembrinas y mantener la economía activa de cara a un nuevo año.