Los permisionarios del servicio público del transporte han iniciado ya el proceso para exigir que se autorice un incremento en la de por sí elevada tarifa.
Ayer sonó su primera letanía, que incluyó negar sus aspiraciones a un incremento, así como frases bondadosas para los pasajeros. Todo eso a la hora de pedir subsidios para su actividad.
Como todo mundo sabe, esa petición no recibirá un respuesta positiva, porque no hay un apartida presupuestal dedicada a eso.
Luego seguirá la repetición de esas frases que luego evolucionarán hasta plantear con claridad su exigencia de revisión al alza en el precio del pasaje.
Con toda la competencia que existe en ese gremio, su reclamo de más dinero de los usuarios no se justifica, porque si no fuera redituable, desde hace tiempo habrían abandonada la actividad.
Por lo menos deberían dejar de fingir acerca de sus verdaderas intenciones y recordar que los salarios no se han incrementado en la proporción en la que ellos quieren subir sus ingresos.