Demasiadas cosas negras deben ocultarse sobre el proceso de construcción del Paso Exprés para llegar a actitudes como la que asumió el delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes al colocar bajo reserva la documentación respectiva.
La ley de acceso a la información pública es concreta en ese sentido y eso da esperanzas de obligar al sujeto obligado (en este caso la SCT) a revelar esos preciados documentos y los secretos que en ellos se guardan. Mientras tanto, solo queda especular.
Por otro lado e igual de escandaloso resulta que la dependencia solo atienda dos de las 46 observaciones que se hicieron a la obra, porque algunos de esos 44 temas puede desembocar en una nueva tragedia, que ya sabemos –por lo menos- a quién se le cargará.