Es lamentable que las actividades en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos se paralicen por una huelga, con la afectación que esto conlleva para casi 50 mil personas de forma directa.
Las posibilidades de solucionar las causas del emplazamiento, sin embargo, no están ni en la propia universidad ni en el estado de Morelos. Es el gobierno federal el ente que tiene la llave –el dinero- aunque no se nota mucha voluntad de usarla.
Por otro lado, al cumplirse ayer un año del devastador terremoto del 19 de septiembre, fue triste comprobar que en la zona más devastada por el fenómeno natural la conmemoración haya incluido protestas de damnificados que no han sido atendidos e incluso al menos un ataque a balazos cometido impunemente en pleno primer cuadro en esa jornada de reflexión, en un hecho –se supone- puramente delictivo.
Eso habla de lo que no se ha cumplido y se encuadra en los reclamos no sólo de ayuda sino de más seguridad para una ciudad cuya economía fue duramente afectada por los derrumbes de hace un año.