El próximo titular de un organismo futuro que ahora genéricamente se llama comisión anticorrupción ha pedido al fiscal de la materia que presente su renuncia al cargo, cuyos emolumentos ha disfrutado pero sin cumplir con las obligaciones que le son inherentes.
Juan Salazar Núñez ha hecho un daño terrible a la entidad porque desde su puesto ha permitido toda clase de actos de corrupción, precisamente lo que debe perseguir, y ha mantenido las condiciones de impunidad de las que gozan quienes tienen acceso al presupuesto.
Más que renunciar, el citado funcionario debe ser juzgado. Simplemente la simulación en la que vivió el primer año en su puesto generó un daño al erario.
Es triste que en Morelos el combate a la corrupción deba empezar por el fiscal del área, nombrado a pesar de que incurría en un evidente conflicto de intereses, pues se desempeñó como empleado del gobierno al que debe vigilar.