Los trabajos para retirar parte de los muros divisiones que crean carriles confinados en el Paso Exprés constituyen un acto de justicia que repara una parte de los excesos cometidos con las cuantiosas sumas de dinero público que se invirtieron en la obra.
Todo parece indicar que la única finalidad de esa obra fue desviar el presupuesto, por lo que el diseño fue elemental y no contempló cubrir las necesidades de quienes por allí transitan, ya sean viajeros de larga distancia o locales.
Los más de dos mil millones de pesos gastados no garantizan ni siquiera la seguridad de quienes usan esa vía, pues los defectos ocasionan constantes accidentes, algunos con pérdidas de vidas humanas y eso sin contar las dos personas que perdieron la vida en el ya famoso socavón.
Esperemos que así como se remedia parcialmente esa falla fundamental en el diseño terminen por corregirse el resto de errores intencionados.