Retirar las barreras que dividen los carriles del Paso Exprés es el comienzo de la rectificación de un proyecto que no fue pensado para beneficiar a Morelos, sino sólo como fuente de dinero ilícito.
Sin embargo, es importante que a la brevedad se complemente la obra, para contar con acotamiento y otras medidas de seguridad que no fueron contempladas por los funcionarios corruptos que el sexenio anterior manejaron la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Aunque en principio sólo se retirarán las barreras en la mitad del trayecto, la acción es un avance que se debe complementar con la corrección de errores y fallas que generan graves peligros potenciales.
Pero lo más importantes que no se abandonen los procesos para llamar a cuentas y sancionar a los responsables de esa obra, mundialmente conocida por sus mortales fallas.