Dirigentes de dos gremios utilizaron la coyuntura de movilizaciones que vive la entidad para lanzar amenazas contra los trabajadores universitarios que protestan para exigir el pago de sus salarios atrasados.
La advertencia lanzada por Emilio Rosas Rico y Dagoberto Rivera Jaimes fue muy clara: su gente usará la violencia para impedir otro cierre de calles como el que el martes paralizó Cuernavaca.
De antemano las afectaciones causadas por esa protesta fueron incalculables y rebasaron los límites de Morelos, pero usar la violencia para acabar con nuevos bloqueos no llevará a ninguna parte. O mejor dicho, sí, llevará a situaciones sociales difíciles de controlar.
Por eso, el llamado a la cordura debe ser para todas las partes en el conflicto. Los trabajadores universitarios deben de usar otros métodos y no el fácil de usar a los ciudadanos como rehenes de cualquier causa, mientras que transportistas y comerciantes deberán abstenerse de usar la fuerza a su antojo, bajo el riesgo de recibir una sopa de su propio chocolate.